¿Por Dónde Empiezo a Mejorar mis Finanzas?

Una de las preguntas frecuentes que recibo de lectores que están empezando el viaje hacia unas finanzas sanas es: “¿por dónde empiezo? Mis finanzas están tan desordenadas que ni siquiera se por dónde empezar!

Esto es natural. Nuestras finanzas están enlazadas fuertemente con el resto de nuestra vida, por lo que los problemas financieros pueden convertirse fácilmente en un un problema abrumador.

En este artículo, vamos a explorar este problema. Veremos cuál es la forma en que la mayoría de personas reacciona ante esta situación, por qué lo hace, por qué no funciona y cuál sería una mejor alternativa para salir del gatuperio.

La Reacción Natural

La mayoría de personas se da cuenta de que tiene problemas financieros cuando:

  • Tiene una sensación de que el dinero “se fuga”. Se va y no deja dicho a dónde
  • Las deudas comienzan a caminar más rápido que sus dueños. Les van pisando los talones.

Cuando esto sucede, se disparan los detectores internos de peligro y entramos en modo de emergencia.

Por lo tanto, la reacción natural es enfocarse con toda la energía posible en gastar menos y pagar las deudas. Enfocarnos en reducir gastos y/o pagar las deudas tiene el potencial de eliminar —al menos temporalmente— las presiones financieras más urgentes.

Desde un punto de vista puramente financiero, la reducción de gastos y el pago de deudas son las opciones inteligentes. Pero debemos recordar que estamos hablando de finanzas personales.

Somos humanos, por lo tanto hay que ver más allá del simple problema matemático.

Enfocarse sólo en estas áreas puede producir resultados en el corto plazo pero es difícil mantener la motivación por mucho tiempo.

Quizás comiences a pagar un poco más a las deudas hasta que te vuelves a sentir fuera de peligro inminente, y no llegas a comprometerte a hacer cambios profundos en tus finanzas. O haces algunos recortes en tus gastos pero en cuanto vuelves a tener oportunidad repites los mismos patrones de conducta.

Así, tus deudas vuelven a acumularse, tus gastos vuelven a crecer sin control y vuelves al punto de inicio. Repites el ciclo. Y nunca tus finanzas parecen estar bien.

¿Por qué escogemos este camino?

Concentrarse en las soluciones que tienen sentido desde un punto de vista financiero no necesariamente es lo mejor. Además del factor matemático de que estás gastando más de lo que ganas, existen factores emocionales y mentales que son la raíz del problema.

La mayoría de personas ya sabe esto, pero sigue enfocándose en las soluciones transitorias porque están condicionadas a pensar que esas son las acciones “inteligentes”. Si le preguntas a cualquier persona ¿qué deberías hacer en una situación así?, lo que sugerirá es que gastes menos o que pagues tus deudas (duh!). Esta influencia puede ser tan grande que puede provocarte sentimientos de culpa si no lo haces.

Además, es una forma de falso logro.

Te esfuerzas por gastar menos y pagar las deudas. El estar en una situación así se vuelve parte de tu identidad. Te identificas con personas en situaciones similares, hablan de sus problemas, se quejan juntos de los factores externos que no pueden controlar, etc.

Y no quiero decir que esté mal comentar la situación con otras personas o buscar soluciones juntos. El problema es cuando simplemente se habla de la situación y nunca se llega a actuar para corregirla.

El Inicio de un Camino Diferente

Si ya sabes que esta forma de actuar no te ha llevado a solucionar los problemas, déjame sugerirte un enfoque ligeramente diferente.

El primer paso, si tienes problemas financieros, es trabajar en algo que te gusta.

No empieces por hacer un plan detallado sobre cómo pagarás tus deudas, ni dediques tu tiempo libre a buscar todos los descuentos que puedas para reducir tus gastos un poco.

Lo que quiero decir es que toda tu energía extra, que normalmente enfocarías en pagar más a tus deudas o reducir tus gastos, la enfoques en asegurarte de que estás trabajando en algo que no sólo te da ingresos sino que te da alguna satisfacción.

¿Significa eso que deberías dejar de pagar tus deudas y correr a renunciar a tu empleo de inmediato?

No necesariamente. Si quieres renunciar a tu empleo (ya sea para trabajar por tu cuenta, o conseguir uno diferente), por supuesto hazlo, hay muchas razones para hacerlo. Pero no todos tienen la misma tolerancia hacia este tipo de riesgo.

Si no eres del tipo de persona que haría algo así, al menos enfócate en incorporar gradualmente alguna actividad satisfactoria y productiva en tu vida. Lo más común es tratar de convertir un pasatiempo en negocio, ofrecer consultorías profesionales sobre tus áreas de experiencia, explotar tu conocimiento a través de un sitio Web, etc.

Comenzar por hacer un trabajo que te cause satisfacción te proveerá de una motivación totalmente diferente a la que te podría proveer el simple hecho de pagar X deuda, pero seguir en la misma rutina de siempre. O reducir en Y categoría de gastos sin que haya un beneficio más allá que el de haber ahorrado en Y categoría de gastos.

Hacer un trabajo que te cause satisfacción te dará también una sensación de equilibrio desde la que es más fácil tomar decisiones en otras áreas. ¿Qué crees que sería más fácil: reducir gastos teniendo el objetivo claro de potenciar tu nueva carrera o reducir gastos para seguir haciendo lo mismo de siempre?

Hacer un cambio de esta naturaleza es difícil. Precisamente por eso, creo que debería ser lo primero en lo que te enfocas.

Muchas personas consideran que un cambio de empleo o carrera está en algún punto del camino hacia una mejora de su vida y sus finanzas; pero lo dejan siempre para después. Después de pagar las deudas, después de ahorrar X cantidad, después de estudiar una maestría, después de comprar un automóvil, etc.

Siendo una de los cambios más difíciles de hacer, es uno de los cambios con mayor potencial de satisfacción y rentabilidad. Por lo que mi propuesta es que, en lugar de posponerlo indefinidamente, enfrentes el problema de frente, lo más pronto posible.

Una vez que estás trabajando en algo que te causa satisfacción real (o al menos, estás tomando acciones concretas para lograrlo), ¿en qué deberías enfocarte?

El segundo paso es ahorrar.

Así es, todavía no te enfocas en una estrategia para pagar tus deudas, o usas tu tiempo en reducir hasta el último centavo tus gastos. Si en el camino pudiste hacer algo extra al respecto, genial, pero no es tu enfoque principal.

Las razones por la que es tan importante comenzar a ahorrar son:

  • Si has acumulado deudas porque has tenido imprevistos o emergencias, lo que menos quieres ahora es que se presente una nueva emergencia y tengas que cavar una agujero aún más grande.
  • Establecer metas de ahorro y lograrlas es una actividad que va mucho más allá de simplemente guardar dinero. Para mucho es un ejercicio de voluntad, estrategia y mucho esfuerzo. Desarrollar el hábito de ahorrar (qué básicamente es el hábito de posponer una gratificación) es fundamental para cualquier otra área de la vida.

Y recuerda no ahorrar para “el futuro”.

En Resumen

  1. Encuentra trabajo que te cause satisfacción y no sólo que te pague. No importa si no es algo a tiempo completo todavía. Lo importante es empezar.
  2. Desarrolla el hábito de ahorrar para metas específicas. Prépárate para que en caso de emergencias no tengas que recurrir —de nuevo— a las deudas.
  3. Incorpora estrategias más complejas para pagar tus deudas, invertir, desarrollar negocios, etc.
  4. Cuando tengas tiempo averigua qué significa la palabra gatuperio. Yo la conocí hasta hoy. 🙂

No Ahorres para El Futuro

Hace un par de años iba en un taxi, conversando con el taxista. Muchos taxistas son fuente incansable de sabiduría al igual que los cantineros y los ancianos. Lo de los cantineros sólo lo he visto en las películas, en la vida real es difícil saber.

Eventualmente nuestra conversación llegó al tema del dinero, como suele suceder en muchas conversaciones.

Taxista: Yo siempre trato de ahorrar algo de dinero, pero ya sabe usted como cuesta!
Yo: ¿Y para qué trata de ahorrar?
Taxista: Pues porque es bueno ahorrar para el futuro aunque sea un poco. ¡Usted que está joven debería comenzar ya!
Yo: No, yo le pregunto ¿para qué? no ¿por qué?
Taxista: o_O

¿Para qué ahorrar?

He mencionado antes que el momento en el que verdaderamente me tomé en serio esto de “ahorrar para el futuro” fue cuando decidí que renunciaría a mi empleo y quería tener dinero para mis gastos mientras mis ingresos comenzaban a recuperarse.

No fue sino hasta que tuve esa meta específica —con monto exacto y todo— que comencé a esforzarme realmente.

Verás, si no tienes una meta específica para la cual ahorrar, llegará un momento en el que tendrás una buena cantidad ahorrada y te comenzarán a invadir pensamientos como:

“¿Para qué tengo ese dinero ahí sentado? El dinero es para gastarse no para que se quede ahí todo el tiempo. He trabajado duro y me lo merezco. Me lo voy a gastar!”

Tu Tarea

Esto es lo que quiero que hagas: Escribe en una hoja (o un documento, diario, etc.) al menos 5 cosas por las que quieras ahorrar. Incluye los montos específicos. Si no lo conoces exactamente tómate un par de minutos para averiguarlo o escribe tu mejor aproximación.

Luego, coloca un recordatorio en tu agenda (en un teléfono o PDA funciona mejor) para leer la lista en el día en el que normalmente revisas tus finanzas. Por ejemplo, el día en que recibes tu sueldo.

Cada vez que leas la lista, enfócate en el beneficio final -y no en el acto en sí de ahorrar.

Esto te ayudará a saber siempre para qué ahorras. Esto es una motivación mucho más fuerte que simplemente ahorrar para “el futuro”. O ahorrar porque todos dicen que es buena idea.

¿Te ha pasado esto a ti? ¿Intentas ahorrar y luego terminas matando tus esfuerzos por falta de una meta específica? ¡Comparte tu experiencia en los comentarios!

#MF20 Día 10: Ahorro, Inversión y Previsión

¡Bienvenidos al día 10 del programa! La primera semana trabajamos en averiguar dónde estás financieramente y durante esta semana hemos trabajado en averiguar hacia dónde quieres ir. La actividad de hoy será la última que te ayudará a decidir tu destino. Hoy hablaremos de tus metas de ahorro, inversión y previsión financiera.

Pero antes, quisiera agradecerles a todos por varias cosas:

  • Primero, evidentemente, por participar. En este momento hay más de 300 personas inscritas y eso me causa mucha satisfacción.
  • Segundo, agradezco a todos los que han comentado sobre el programa aquí en el sitio Web, en Twitter, Facebook y a quienes me han contactado en privado para hacerme preguntas y darme sus sugerencias.
  • Y tercero, quiero agradecer a todos los que han recomendado el programa a sus amigos y familiares. La misión primordial de este programa (y del sitio) es ayudar las personas a tener una buena relación con el dinero y mientras más personas lo conozcan, mejor. ¡Gracias!

Luego de mi discurso de agradecimiento (estoy practicando para el Nobel), ¡comenzamos!

Ahorro, Inversión y Previsión

Una de las reglas más populares de finanzas personales es que ahorres 10% de tus ingresos siempre. Considero que 10% es lo mínimo que deberías ahorrar. Lo óptimo sería que ahorraras 15% o más. Si luego de analizar tus gastos y tus deudas aún no queda espacio para comenzar a ahorrar, te recomiendo que busques la forma de reducir tus gastos un poco más o buscar formas de ingresos extra para lograr iniciar tu ahorro.

Hay tres aspectos importantes a los que debes poner mucha atención especialmente si hasta este momento no ahorras parte de tu ingreso:

  • Ahorrar debe ser práctico. Cuando comencé a desarrollar el hábito del ahorro cometí varios errores de los que hablo en el artículo Como iniciar (o hacer crecer) tus ahorros. Dale una revisada para que no cometas los mismos errores!
  • En ese mismo articulo, menciono que debes aprender a vivir con el 90% (o menos) de tus ingresos. Esto es por lo general algo completamente alcanzable, pero la mayoría de obstáculos vienen de la resistencia a cambiar tu estilo de vida.
  • Lo más importante del ahorro es el hábito que formas. Si logras formar un hábito de forma sostenible estarás entrenando a tu mente a hacer cambios de cualquier tipo y apegarte a ellos. El hábito es incluso más importante que el dinero que ahorras. El dinero lo puedes perder, pero si tienes buenos hábitos podrás volver a levantarte.
  • Yo se que dije tres, pero esto es realmente importante: Aún cuando tengas deudas deberías ahorrar! Esto es así porque, si te has estado esforzando grandemente para pagar tus deudas y cuando vas a la mitad surge una emergencia, no querrás volver a endeudarte para cubrir los gastos, ¿cierto?

Así que, ¿como deberías refinar tus metas en relación al ahorro?

Metas Específicas

  1. Un fondo de emergencias para sustituir tus ingresos si hace falta (despidos, pérdidas en negocios, incapacidad para trabajar, etc.)
  2. Adquisición de seguros adecuados dependiendo de tu situación particular
  3. Un fondo de inversión para el futuro ya sea utilizando instrumentos financieros (acciones, bonos, etc.) o para iniciar (o invertir en) un negocio.

Tu fondo de emergencias es básicamente dinero que tienes guardado de forma “semi-accesible”. Debe ser suficientemente fácil de obtener por si tienes una emergencia, pero no tan fácil de obtener para que no tengas la tentación de usarlo para algo que no sea una emergencia. Desde una cuenta de ahorro sin tarjeta de débito ni chequera, hasta certificados de depósito a 30 días, hay diferentes formas de mantener ese dinero cerca. La decisión dependerá de, entre otras cosas, qué tan urgente puede ser la necesidad de dinero. Esta urgencia puede reducirse grandemente con una buena selección de seguros (como verás a continuación).

¿Cuánto deberías tener en tu fondo de emergencias? No hay una respuesta universal para esto. Una forma de estimarlo sería ¿Cuánto tiempo crees que te tardarías en conseguir un empleo nuevo o levantar de nuevo tu negocio si llegaras a necesitarlo? ¿3 meses? ¿6 meses? Multiplica tu respuesta por tus gastos fijos mensuales (no relacionados con tu empleo) más 1 mes extra para cubrir los gastos de buscar empleo, como entrevistas, imprimir tu CV, etc., y ese debería ser el tamaño de tu fondo de emergencias.

En cuanto a los seguros, analiza tus necesidades de cobertura: ¿Hay personas que dependen de ti financieramente? Necesitas un seguro de vida. ¿Eres auto-empleado y tu trabajo es propenso a accidentes? Necesitas un seguro de salud y accidentes. ¿Tienes vehículo (y no eres precisamente el mejor conductor del barrio)? Necesitas un seguro contra daños a terceros. Y así, sucesivamente deberás analizar qué tipo de seguros necesitas para invertir en lo que sea necesario.

Consigue un buen asesor de seguros para tomar mejores decisiones. Una buena forma de encontrarlo es pidiendo referencias entre amigos que ya tengan seguros y estén satisfechos. Esto es mejor que simplemente llamar a la aseguradora y que te asignen a cualquier asesor. Como consejo extra, sería bueno que investigaras cuáles seguros utiliza personalmente tu asesor. Si no utiliza ninguno, deberías sospechar!

Finalmente, en cuanto a tu Fondo para Inversiones, depende de la decisión que tomaste ayer sobre qué tipo de inversionista quieres ser. Es común que siendo empleado entres al mundo de inversiones financieras a través de fondos de pensiones o planes de retiro a través de tu empleador. Las características específicas varían de país a país, pero como regla general, debes saber que sólo porque inviertes en la bolsa, no eres un inversionista sofisticado!

Si tu plan de retiro depende de tu conocimiento de inversiones más allá del conocimiento básico, recuerda la Regla de Plata de las Inversiones: invierte tiempo en aprender antes de invertir dinero que no quieres perder!

Esta es la Regla de Plata porque aunque es brillante, no todo lo que brilla es oro.

¿Cuánto deberías tener en tu fondo de inversiones? De nuevo, no hay una respuesta universal. ¿Quieres invertir en bienes raíces? Investiga la inversión que buscas, calcula cuánto dinero sería lo óptimo para dar un pago inicial y esa es tu meta. ¿Quieres iniciar un negocio? Haz un plan básico de negocio para saber cuánto (si es que necesitas) invertirás para iniciar. ¿Quieres invertir en una bolsa de valores —y ya hiciste tu tarea de investigación—? Realmente necesitas poco dinero si vas a comprar pocas acciones.

Recuerda que tus inversiones no necesariamente se tienen que limitar a inversiones para cuando seas mayor y ya no puedas/quieras trabajar. ¿Qué tal si quieres ir al espacio y no eres astrofísico y entonces tienes que pagar $20 millones? Invierte para pagar tus sueños. Por supuesto, un retiro seguro puede ser tu sueño, pero no necesariamente tiene que serlo. Puedes escoger los que quieras. Incluso puedes copiar el mio de ir al espacio.

¡Y eso es todo por hoy! Recuerda que durante esta semana sólo estamos decidiendo y clarificando qué es lo que quieres. A partir del lunes comenzarás a hacer planes y aprender la mejor forma en que puedes lograr lo que quieres. En otras palabras, la próxima semana comenzamos con el cómo obtener lo que quieres.

Durante el fin de semana, revisa tus actividades hasta ahora. Pon especial atención a tu visión de 5 años y a las metas específicas que has formado. Una práctica útil es que escribas tus metas específicas como “Tengo un fondo de emergencias de $20,000” y las pongas en un lugar visible en tu casa u oficina. No se trata de que estés obsesionado, se trata de que no quieres seguir obteniendo los mismos resultados de siempre. Está en tus manos.

¡Nos vemos en los comentarios!

¿Terminaste? Sigue con la siguiente tarea. ¿No sabes qué es MF20? Puedes leer más aquí.

Cómo Iniciar (o Hacer Crecer) tus Ahorros

Este artículo es parte de la serie 7 reglas para llenar tus bolsillos, basadas en el libro El Hombre más Rico de Babilonia.


La primera regla para llenar tus bolsillos es ahorrar.

¿Simple verdad? Pero si es tan simple, ¿por qué hay tantas personas que no ahorran? En este artículo, compartiré varias ideas acerca del ahorro que aprendí de Arkad, el hombre más rico de Babilonia.

Una parte de lo que ganas… ¡es tuya!

Esta es una afirmación que muchos descartan por evidente. “Es lógico que el dinero que gano, es mío. Yo lo estoy ganando”.

Pero, ¿cuáles son tus gastos? Tu pagas por tu alimentación, tu educación, tu ropa, tus zapatos, tu casa, tu carro. Esas cosas son tuyas, no el dinero. El dinero, se lo diste a alguien más a cambio de bienes o servicios. Y aunque es similar, no es lo mismo tener zapatos que tener dinero. Intenta depositarlos en una cuenta de ahorros… 🙂

Gran parte del dinero que ganas, se lo pagas a otras personas. ¿Cuánto te pagas a ti mismo? ¿Cuánto dinero te quedó de lo que ganaste en el último mes? ¿En el último año? ¿En los últimos 5 años? ¿Cuánto tendrías si hubieras ahorrado 10% de tus ingresos durante los últimos 5 años? Haz el cálculo, sólo por curiosidad.

Págate a ti mismo. Siempre. Es tu dinero, es tu parte del pastel, una parte de lo que ganas es tuya. La debes guardar para asegurarte de que tendrás dinero en el futuro.

Viviendo con 90%

Si eres tan bueno en matemática como yo (o cualquier otro niño de primer grado), te habrás dado cuenta de que si ahorras 10% de tus ingresos, debes sobrevivir con el 90% restante.

Una respuesta común a la propuesta de vivir con 90% de tus ingresos es: “¿Cómo podría vivir con 90% de mis ingresos, si con el 100% no me alcanza?” En el libro, Arkad dice algo como “ni te darás cuenta de que te falta ese 10%”.

Es muy poco probable que todos tus gastos sean absolutamente necesarios. Esto es fácil de demostrar. Piensa en alguien que viva en condiciones similares a las tuyas. Una casa similar, un número similar de familiares, responsabilidades similares… pero un sueldo más bajo que el tuyo. ¿Puedes pensar en alguien así? No tienes que conocerlo personalmente, simplemente ¿conoces a alguien que sobrevive con 10% menos de ingresos? Apuesto a que sí.

De cualquier forma, estas ahorrando para mejorar tu estilo de vida en el futuro. No pienses que tendrás 10% menos de ingresos. Piensa que tendrás 10% más de ahorros… Si pones a trabajar efectivamente tus ahorros, esto será algo temporal.

Cómo iniciar a ahorrar

Para muchas personas, incluyéndome, lo más difícil al querer iniciar a ahorrar es formar el hábito de ahorrar.

Mis finanzas estuvieron por un buen tiempo encharcadas con deudas y malos hábitos. Cuando finalmente me decidí a tomar el control de la situación, lo primero que hice fue hacerme cargo de mis deudas. El hábito de pagar deudas es un poco más fácil de fomentar porque tienes a tus amigos, los cobradores, dándote apoyo moral. Pero con los ahorros, es diferente.

Antes de comenzar a ahorrar habitualmente como lo hago ahora, intenté iniciar varias veces. Todas esas veces mis ahorros iniciaban un mes, mantenía una actitud positiva por unas semanas y luego, me gastaba el dinero que había ahorrado.

La diferencia entre esos intentos fallidos y la estrategia que uso ahora, radica básicamente en algo que Arkad, el hombre más rico de Babilonia, explica en uno de los relatos.

Arkad, le dice a sus estudiantes que por cada 10 monedas que pongan en su bolsa, únicamente gasten 9. Poco a poco, se irán acumulando ante sus ojos las monedas que han ahorrado y sentirán gusto al escuchar el tintineo de las monedas al caminar.

Esto significa, en palabras más modernas que las que se usaban en Babilonia, que es necesario ese “refuerzo psicológico” que obtienes al ver tus ahorros crecer y escucharlos tintinear. Así que lo que hice fue cambiar todo mi dinero por monedas y cargar con él todo el tiempo.

Esta bien, diré la verdad.

En mis intentos fallidos, cometí dos errores. En cierta ocasión, todo lo que hacía para ahorrar era dejar en la cuenta bancaria, donde depositan mi sueldo automáticamente, una parte de mis ingresos. La otra parte la trasladaba a mi cuenta de “gastos”. Llegaba el momento en el que depositaban mi siguiente sueldo y no tenía presente cuánto dinero había ahorrado el mes anterior, entonces era más fácil transferir todo el dinero y gastarlo. Al final de cuentas esa era mi cuenta de “ingresos”, no de “ahorros”. (Si, yo se. Es un razonamiento algo ilógico, pero la mente humana es un misterio).

En otra ocasión, investigué prácticamente todas las cuentas de ahorro para determinar cuál era la que tenía mejores beneficios. ¿Mejores intereses? ¿Sorteos mensuales? ¿Una alcancía gratis?

¿El resultado? Nunca encontré la “mejor cuenta” y mis ahorros eran exactamente igual a 0.

Finalmente, me di cuenta de que en mi caso, lo más importante no es 0.01% más de intereses mensuales, ni los sorteos, ni las adorables alcancías en forma de cerdito. De todas formas, no pienso usar una simple cuenta de ahorros para invertir a largo plazo. Lo más importante para mi, era tener ese “refuerzo psicológico”.

Entonces, finalmente abrí una cuenta de ahorro, sin tarjeta de débito ni chequera, en el mismo banco donde me pagan mi sueldo. Hago un traslado electrónico mi cuenta de “ingresos” a mi cuenta de “ahorros”, el resto a mi cuenta de “gastos”, y ¡listo!.

Es tan fácil que resulta difícil procrastinar. Y de todas formas tengo que hacer la transferencia de mi cuenta de “ingresos” a mi cuenta de “gastos”. No me interesa la tasa de interés. Ni siquiera se cuánto es.

Es importante notar que todo esto lo hago en el sitio de banca en línea de mi banco. Por lo que puedo, en menos de un minuto, saber exactamente cuánto tengo ahorrado. Lo cual es como escuchar el tintineo de monedas en mi bolsillo, pero menos pesado.

Conclusión

Como dije al principio, esto de ahorrar 10% de tus ingresos es ridículamente fácil de entender. Pero para muchos, el problema es llevarlo a la práctica. Tómate el tiempo que sea necesario para encontrar la estrategia que más te sirve para formar el hábito de ahorrar. Haz lo que tengas que hacer, pero tienes que cumplir con esta regla para alcanzar la Libertad Financiera. No hay otra opción.

Este artículo ya es suficientemente largo. Y tengo que ir a contar monedas. Hasta la próxima.

Sólo hay 2 formas de ahorrar

Ahorra y sal de la pobreza

La clave para salir de una situación financiera limitada es invertir. Pero para poder invertir se necesita capital. Pues adivina ¿de dónde podrás obtener el capital?. Claro, del ahorro. El ahorro que luego inviertes.

Sabiendo esto querrás saber ¿Cómo ahorrar? ¿Cuáles son las mejores formas de ahorrar? Estas preguntas se simplifican mucho si te das cuenta de que en realidad sólo existen dos formas de ahorrar dinero.

Ahorrar vrs. Economizar

¿Cuál es la diferencia entre ahorrar y economizar? Es común que exista una ligera diferencia en la interpretación de estos dos términos. “Ahorrar” por lo general se refiere a apartar una cantidad de dinero para no gastarlo de inmediato sino para utilizarlo en algún momento futuro. El ejemplo clásico es tener una Cuenta Bancaria de Ahorro.

Por otro lado, “Economizar” se refiere a recortar la cantidad de dinero que tenías destinada para algún gasto y si ese sobrante lo guardas para utilizarlo en el futuro, lo estás ahorrando.

Ahí lo tienes, esas son las únicas dos formas de ahorrar:

  • Apartando una cantidad cada mes destinándola a tus ahorros
  • Economizando en tus gastos ya previstos y ahorrando las diferencias que logres.

Veamos a detalle cada una de ellas.

Cóbrate Primero

Un consejo muy útil para mantener el hábito del ahorro es que siempre incluyas en tu presupuesto una categoría de “gastos” en donde asignas la cantidad de dinero que deseas pagarte a ti mismo. Este pago, será el dinero que usarás para luego invertirlo, para crear un fondo de emergencias o simplemente para lograr comprar algo que aún no puedes pagar.

Es probable que sientas la necesidad de ceder y no pagarte a ti mismo porque, por ejemplo, prefieres disminuir tus deudas primero. Sin embargo, aunque parezca equivocado o contraintuitivo, es mejor que siempre te pagues algo a ti mismo. Si te encuentras en una situación así, considera esto: En el libro “Padre Rico, Padre Pobre”, Robert Kiyosaki explica que para lograr siempre pagarte primero debes convertirte en el peor cobrador de todos. Seguramente sabes que cuando un cobrador te molesta tanto hasta el punto en que te desespera, le pagas para poder librarte de él. Esas características debes tener en relación a cobrar tu pago. Debes ser el cobrador al que no quieres deberle. Así lograras pagarte primero.

Dependiendo del objetivo que tengas para tu ahorro puede ser que te convenga utilizar una simple cuenta de ahorros en un banco o buscar algo más sofisticado como una cuenta de ahorro a plazo fijo o una inversión a corto/mediano plazo. Usando alguno de esos instrumentos puedes ganar intereses al mismo tiempo que ahorras tu dinero de forma segura.

Guarda lo que te sobra

Durante el mes vas gastando conforme lo habías planificado en tu presupuesto. Es posible que te sobre dinero en algunas categorías. Si al sumar todas las diferencias que encontraste te queda algún sobrante, debes decidir qué hacer con ese dinero. Esto es a lo que muchas personas se refieren comúnmente como “economizar”, es decir, reducir los gastos intencionalmente para crear un sobrante.

Luego, debes decidir que hacer con tu sobrante. Básicamente tienes dos opciones:

  1. Mantener la cantidad en tu presupuesto sin ningún cambio. Así, el siguiente mes seguirás teniendo holgura en la categoría en la que tuviste una diferencia.
  2. Ajustar las cantidades en tu presupuesto y asignando desde antes las diferencias a otra categoría, por ejemplo, tu ahorro fijo.

Podría decirse que para un buen hábito de ahorro, cobrarte primero es una regla obligatoria. Guardar lo que te sobra, es opcional. De cualquier manera, si no guardas lo que te sobró en el mes, aún estarás ahorrando lo que destinaste específicamente para ahorro en tu presupuesto. Por supuesto para lograr todo esto, es esencial que primero hagas tu presupuesto.

Conclusión

Como puedes notar esta filosofía de ahorro es muy simple, especialmente porque todo queda reducido a dos opciones. Además, es más inteligente ahorrar de esta forma y no cómo lo hace la mayoría de personas: en primer lugar, ahorrando lo que les sobra de sus gastos (si les sobra algo) y muy pocas veces, destinando una cantidad fija para esto. Exactamente lo opuesto a lo que acabas de leer.

Cómo Hacer un Presupuesto Personal

Cierta vez leí que tener un “presupuesto” sirve para no decir “por supuesto” a cada gasto que se te pone enfrente.

En este artículo te guiaré por el proceso, paso a paso, para crear un presupuesto personal básico. La razón por la que haremos un presupuesto básico es para que puedas fácilmente adaptarlo a tus propias necesidades.

¡Comencemos!

Lo que necesitarás

Necesitarás aproximadamente 20 minutos para completar este proceso en su forma más sencilla. Si no tienes el tiempo ahora, te recomiendo que guardes este artículo en tus favoritos o lo envíes a tu propio correo electrónico para revisarlo después. Puedes usar el enlace que dice “Comparte este artículo” al final del texto para enviártelo.

Si estás listo/a para comenzar, necesitarás:

  1. Papel y lápiz o un programa de hojas electrónicas (OpenOffice Calc, Excel, Numbers, Google Docs, etc.)
  2. Un estimado de tus ingresos y gastos fijos mensuales
  3. Un estimado de los gastos que tengas que no ocurren mensualmente (pago de impuestos, primas de seguros, colegiaturas, etc.)

Nota: Si lo prefieres, puedes descargar una plantilla ya hecha de este proceso como parte de la Colección de Recursos de Economía Personal. De cualquier forma, es buena idea que sigas este proceso para comprender mejor tu presupuesto.

Paso 0 – Columnas

Lo primero que debes hacer es crear cuatro columnas para ingresar: Descripción, Valor Estimado, Valor Real, Diferencia.

Estas columnas las utilizarás para todas las categorías que usaremos. La columna de Diferencia debe expresar la diferencia entre el Valor Estimado y el Valor Real como un porcentaje. También puedes usar la diferencia en moneda, pero es más fácil captar el concepto en porcentajes.

Coloca hacia abajo, en las mismas columnas, cada una las categorías que veremos a continuación.

Paso 1 – Ingresos

La primera categoría serán tus ingresos. Debes listar todos los ingresos que recibas mensualmente. Tu salario, ingresos por rentas, alquiler de propiedades, pensión alimenticia, trabajos independientes, etc.

Si haces tu presupuesto en una hoja electrónica, mi recomendación es que hagas estas cifras negativas y como verás más adelante, tus gastos serán positivos. Esto es por facilidad, ya que generalmente tendrás más información que ingresar en tus gastos y es más fácil ingresarlos como valores positivos (¡no tendrás que recordar ponerle el signo negativo a todo!)

Al principio del mes deberás ingresar únicamente los valores estimados. En cuanto tengas el valor real (cuando recibas efectivamente tus ingresos) escribe los valores reales y calcula las diferencias.

Paso 2 – Ahorros e Inversiones

A continuación, lista las salidas de dinero que sean para ahorros o inversiones.

Lista aquí cualquier aporte que hagas a fondos de retiro, cuentas de plazo fijo o simplemente el dinero extra que ahorras todos los meses.

Es muy importante que estas salidas de dinero queden separadas de los gastos en sí, porque te ayuda a mantener el hábito del ahorro.

Paso 3 – Pagos de Deudas

De nuevo, bajo las mismas cuatro columnas, lista tus salidas de dinero que correspondan a pagos de deudas: tarjetas de crédito, hipotecas, préstamos personales, el pago de tu automóvil, etc.

También es importante separar estas salidas de dinero de tus otros gastos para que mantengas siempre a la vista la cantidad de dinero que debes.

Te recomiendo que leas el artículo 6 Formas de Pagar tus Deudas (con ejemplos) para más ideas sobre como acabar con tus deudas eficientemente.

Paso 4 – Gastos

Finalmente, llegamos a la parte central de un presupuesto, tus gastos mensuales.

Lista cada una de tus categorías de gastos con su valor estimado para el mes.

¿Qué categorías de gastos debes poner? En realidad no hay una respuesta única. Debes buscar las categorías y el nivel de detalle que funcione para ti. Dale una mirada a esta lista de categorías de gastos para ayudarte.

Recuerda, para completar esta sección debes tener en cuenta dos aspectos:

1. Está bien equivocarse. Es muy poco probable que logres planificar tus gastos con el 100% de exactitud, especialmente si es la primera vez que lo haces. Pero no importa porque la meta no es ser preciso. La meta es desarrollar el hábito de administrar tus finanzas con frecuencia. Por supuesto, haz tu mejor esfuerzo al predecir tus gastos, pero no te obsesiones con ser exacto “al centavo”, te aseguro que conforme vayas practicando el hábito irás mejorando.

2. Toma en cuenta los gastos que no son mensuales. Un error común al hacer un presupuesto es enfocarte únicamente en tus gastos fijos mensuales y olvidar que hay gastos que ocurren con menor frecuencia. Lo mejor que puedes hacer es distribuir esos gastos en varios meses para que cuando llegue el momento ya tengas el dinero reservado. Encuentra la mejor forma de distribuir estos gastos (por ejemplo, para un gasto anual, podrías ahorrar 1/12 del gasto cada mes) y regístralos en esta sección.

Paso 5 – Registro de Gastos

Hasta ahora has hecho solamente una planificación (utilizando la columna de estimaciones) de tus ingresos y gastos. El siguiente paso —que abarca lo que queda del mes— es registrar tus gastos e ingresos reales para compararlos con tus estimaciones.

La principal ventaja de esto es que puedes detectar de inmediato las categorías de gastos que están saliendo de tu planificación en cuanto sucede —y no cuando te das cuenta de que ya no tienes suficiente dinero para cubrir otros gastos.

Mi recomendación es que guardes todos tus recibos de compras y que apuntes en una libreta o smartphone todos los gastos para los que no tengas recibos. ¡Guarda siempre tus recibos en el mismo lugar para no perderlos!

Al menos una vez por semana, tómate 15 minutos para ingresar tus gastos en las categorías que correspondan. Asumiendo que duermes 8 horas al día, 15 minutos son 0.22% de tu tiempo despierto/a durante la semana. No me digas que no tienes tiempo para hacerlo. 🙂

Paso 6 – El Siguiente Mes

Tu presupuesto mensual debe siempre evolucionar y convertirse en el presupuesto del siguiente mes. Si fallas en actualizar mes a mes tu presupuesto eventualmente quedará obsoleto y no tendrá ningún valor real.

El primer fin de semana de cada mes (o en el día que más te convenga) es tiempo de analizar las diferencias entre tus predicciones y tus datos reales para hacer ajustes que sean necesarios en tus predicciones para el siguiente mes.

Esta es una regla simple para hacer tus ajustes:

  • Si la diferencia absoluta es de 35% o más; y no fue por un evento fuera de lo común ajusta tu cantidad para el siguiente mes usando tu gasto real.
  • Si la diferencia absoluta es de menos del 35%; utiliza tu misma estimación para el siguiente mes y observa si el patrón de diferencia continúa. Después de dos o tres meses de observar una diferencia similar puedes ajustar tu cantidad.

Por ejemplo:

Si para alguna categoría tu predicción fue $1000, pero tu gasto real fue $1400 tienes una diferencia de +40%. Si tu gasto real fuera de $600, tienes una diferencia de -40%.

En ambos casos tu diferencia absoluta (es decir, sin tomar en cuenta si te pasaste o te quedaste corto) es mayor de 35%. Entonces puedes usar tu gasto real como nueva predicción; siempre y cuando no haya algún motivo extraordinario que explique la diferencia.

Importante: ¿Qué hacer con el dinero “sobrante”? Si durante el mes te quedó algo de efectivo sin gastar aplica la siguiente regla: Si no has iniciado tus ahorros, ahorra el dinero extra. Si tienes deudas, has pagado lo que te toca y algo más pero durante el mes no gastaste en algo para ti mismo, gástalo en algo que te guste. Si tienes deudas, pero has pagado sólo lo mínimo, abónalo a tus deudas.

Paso 7 – Disfruta de tener el control de tus finanzas

Este proceso puede parecer complicado, especialmente sin nunca has utilizado consistentemente un presupuesto antes. Pero si logras desarrollar el hábito y reservar esos cortos momentos de tus fines de semana, comenzarás a notar que se reduce la ansiedad causada por no saber a dónde va tu dinero y te sentirás mejor.

Por otro lado, tu presupuesto deberá ser siempre tu primer filtro para decidir si haces una compra o no. Retrasa cualquier decisión de compra hasta el fin de semana más próximo para que puedas evaluar el resto de tus finanzas y decidir si el gasto te conviene.

Si experimentas resistencia o te encuentras inconscientemente posponiendo tus revisiones semanales/mensuales, trata de asociar esta actividad con algo placentero. Por ejemplo, tómate los 15 minutos para disfrutar una taza de tu té favorito mientras revisas tus recibos. O escucha tu música favorita. O haz que tu pareja te dé un masaje de pies mientras lo haces. 😉

Espero que con este proceso logres iniciarte en la sana práctica de administrar tus finanzas.

La mejor forma de saber si este artículo te resultó útil es que me lo cuentes abajo en la sección de comentarios. También será muy útil si compartes tus propios métodos de hacer un presupuesto para que otros lectores se beneficien. ¡Gracias!