Todos tenemos problemas, pero más importante que eso es cuál es nuestra actitud frente a ellos, porque eso determina si podremos sortearlos o no.
Imagina a un amigo que quiere lograr un objetivo. Su objetivo podría ser reducir sus gastos, aumentar sus ingresos o conseguir una novia. Cualquier cosa. Lo importante es que el sabe que encontrará algunos obstáculos en el camino.
Por otro lado, podría ser que tu amigo está en una situación suficientemente problemática sin estar buscando alcanzar ningún objetivo en particular. Quizás está hundido en deudas, o no disfruta su empleo.
En cualquier caso, como todos los demás, tomará una decisión: ¿se quejará por los obstáculos, se sentirá miserable y no hará nada? ¿O utlizará sus recursos para intentar sortear los obstáculos?.
En otras palabras, puede decidir ver sus problemas como obstáculos que debes evitar a toda costa o como oportunidades de crecimiento.
Esta decisión, algunas veces tomada inconscientemente, es la que determinará el resultado final.
Una forma sencilla de determinar cuál es tu actitud general hacia los problemas es hacerte la siguiente pregunta: ¿qué haces la mayoría de las veces cuando tienes mucho tiempo libre? ¿buscas algún tipo de gratificación instantánea/momentánea? (ver una película, leer noticias, comer un helado, etc.) ¿O buscas algún reto que resolver? (escribir una historia, hacer ejercicio, buscar una forma de hacer helados bajos en calorías, etc.)
No quiero decir que dejes de ver películas y dediques todo tu tiempo a resolver problemas de cálculo. A menos que eso sea lo que te apasiona. Pero puedes comenzar a desarrollar la destreza de resolver pequeños problemas, por ejemplo jugar sudoku, ordenar tu casa, lavar tu automóvil todas las semanas, aprender algunas recetas nuevas. Esto te proporcionará confianza y te energizará para seguir con problemas cada vez más complejos. Hasta que finalmente puedas resolver tus grandes problemas.
Por supuesto, esto también aplica a tus esfuerzos poner en orden tu economía personal.
Cuando leí por primera vez el famoso libro “Por qué los pensadores positivos obtienen resultados poderosos” de Norman Vincent Peale, lo único que recordé de todo el libro fue una historia donde Norman le dice a un amigo que el único lugar donde las personas no tienen problemas es en el cementerio. Todos queremos menos problemas, pero no queremos morir para lograrlo. La alternativa es verlos como oportunidades y disfrutar el camino.
¿Puedes llegar a disfrutar tus problemas?