En ocasiones anteriores he escrito que la forma ideal de obtener ingresos es proporcionar valor a otras personas que, idealmente, estén dispuestas a pagarte a cambio.
Sin embargo, hoy quiero escribir sobre una aproximación diferente para obtener dinero que no necesariamente involucra proporcionar valor a alguien, pero que tampoco necesariamente te proporciona ingresos: las apuestas.
Como podrás haber notado, me gusta clasificar cosas, así que no haré excepción con las apuestas. Hay dos tipos apuestas:
Apuestas donde no tienes ningún control
En todas las apuestas tienes control sobre la cantidad de dinero que vas a apostar. Pero en este tipo de apuestas, eso es lo único que puedes controlar.
Me refiero a las apuestas basadas en resultados de eventos en los que no participas directamente, por ejemplo: deportes, elecciones o concursos de belleza. A menos, claro, que seas deportista, candidato/a o bello/a.
En esta categoría también están las máquinas de juegos al azar, bingo, juegos de cartas, etc.
En estos casos puedes utilizar experiencias anteriores, estadísticas y corazonadas para intentar obtener ganancias. Sin embargo, existen algunas técnicas que puedes utilizar para reducir la probabilidad de perder. Desde hace un tiempo sigo un blog de uno de los lectores que precisamente se dedica a explorar esta forma de obtener ingresos. La lectura es bastante interesante, especialmente si eres de los que piensa que no hay mucho que aprender al respecto.
Apuestas donde tienes control sobre algo
Hay otro tipo de apuestas en las que puedes controlar algo más que la cantidad que vas a apostar. Generalmente son apuestas que surgen por un reto o algún juego de azar que involucre un poco de habilidad.
Por ejemplo, si tú y un amigo apuestan $100 en un juego de tenis. Lo que definirá el ganador no será únicamente la suerte. A menos, claro, que los dos sean muy malos jugando tenis y todo el juego se reduzca al azar.
Otro ejemplo: podría ser que luego de ganarte en el tenis, tu amigo apuesta contigo sobre quién sabe se sabe más capitales de los países del mundo. O quién recuerda mejor los diálogos de una película.
¿Deberías hacer apuestas?
Para mí, la regla de oro para las apuestas es: No apuestes lo que no estés dispuesto a perder. Simple. Si te da igual perder el dinero, puede ser una experiencia divertida. Pero si no te da igual perder $10, $100 o tu casa, entonces NO apuestes.
Seguramente habrás escuchado de personas que se vuelven adictas a las apuestas y que terminan perdiendo todo lo que tenían. Si hacer apuestas se ha vuelto un hábito y te causa problemas, es hora de dejarlo. Busca ayuda profesional si es necesario. Y no digas que hacer muchas apuestas es un problema sólo si apuestas todos los días. Hacer apuestas es un problema, si causa problemas.
En lo personal, me gusta hacer apuestas ocasionales porque me resulta divertido, pero nunca consideraría que las apuestas fueran mi principal fuente de ingresos. Puede ser divertido, pero no encuentras oportunidades para apostar todos los días, por lo que no serías sostenible. Aparte, no siempre encuentras personas dispuestas a aceptar los retos.
¿Tú deberías hacerlo? Al final, la decisión es tuya. Apuesto a que tomarás la decisión correcta.