7 Razones para Renunciar a tu Empleo

La “crisis económica mundial” ha levantado nubes de incertidumbre en todo el mundo y ha convencido a muchas personas de que ahora, más que nunca, deben proteger sus empleos.

Es cuestión de perspectiva.

Hace un par de semanas fue efectiva la renuncia a mi empleo en una de las compañías multinacionales más grandes del mundo. A continuación comparto contigo las 7 razones más importantes por las que tomé esta decisión —y por las que tú deberías hacer lo mismo—:

1. Es muy arriesgado

Esto va en contra de todo lo que la sociedad enseña sobre la seguridad de un empleo. La mayoría te dice que tienes más seguridad en un trabajo que en tu propio negocio. Sin embargo, lo opuesto es verdad. La seguridad es un resultado del control y tienes más control en tu propio negocio que en un empleo.

En un empleo tu jefe puede despedirte y efectivamente desaparecer tu fuente de ingresos. Si tienes tu propio negocio tu estás al mando y puedes crear nuevas fuentes de ingresos cuando tu quieras. ¿Haz escuchado últimamente alguna noticia sobre despidos masivos? ¿Eso es más seguro que ser tú el que está al mando?

2. No es un intercambio justo.

Si en tu empleo creas un nuevo producto o servicio para tu compañía, te pagan por el tiempo que invertiste en crearlo y no por el valor que genera. Si fracasa y provoca pérdidas para tu empleador, quizás no pase nada. O quizás te despidan.  Si es un éxito y genera millones para tu empleador; no importa, seguirás recibiendo tu sueldo.

Es más, el sistema que creaste seguirá creando valor para tu empleador aunque ya no trabajes para él y ya no recibirás ninguna compensación por tu trabajo.

3. Es aburrido y tedioso.

En el ambiente corporativo es muy común tener que pasar por infinidad de procedimientos para lograr hacer tu trabajo. Aparte, muchos ambientes de trabajo no son muy alegres ¿Realmente disfrutas pasar 8 horas diarias en un cubículo gris? Y no digamos las reuniones “de trabajo” sin sentido. Tú sabes… esas reuniones para “ver cómo va el proyecto”.

Las reuniones sin una agenda y un objetivo concreto son como la masturbación. Te hacen sentir bien, pero no es nada real 😉

4. El valor que generas es reemplazable.

¿Cuántas personas están buscando un empleo? ¿Cuántas personas están tratando de crear su propio negocio? Evidentemente hay más personas en el primer grupo y eso lo hace ser un grupo más “competitivo”. Si estás haciendo lo que todos quieren hacer, fácilmente pueden encontrar a alguien más que lo haga. Lo que tú puedes proveer se vuelve menos valioso.

5. Es una experiencia limitada.

Muchas personas abogan por trabajar en una empresa para aprender sobre una industria antes de iniciar su propio negocio. Hasta cierto punto esto puede ser útil. Sin embargo, tendrías que tener un trabajo en cada área de la empresa —ventas, mercadeo, producción, finanzas, etc.— para poder tener una experiencia integral de las áreas de una empresa.

¿Y cómo sabes cuando ya tienes suficiente experiencia en alguna de las áreas? Si tu plan es trabajar un tiempo para obtener experiencia es mejor que tengas en mente (1) un ámbito concreto en el que quieras adquirir experiencia y (2) cuando dejar de “aprender” y comenzar a “hacer”. Si no tienes claros esos dos puntos, estás perdiendo tu tiempo. Estarías mejor aprendiendo a administrar un negocio propio y aprendiendo de tus errores.

6. Es subóptimo.

Asumiendo que “óptimo” significa desarrollar tu potencial humano al máximo, el ambiente laboral está específicamente diseñado para lograr lo contrario. En el artículo “¿Qué es el Dinero?” expliqué como los ingresos óptimos provienen de entregar un valor genuino a la sociedad. En un empleo no puedes generar todo el valor que podrías generar por otros medios; simplemente hay muchos obstáculos.

7. No puedes conocer supermodelos y actrices.

¿Realmente crees que tu vida social debe girar en torno a tus compañeros de trabajo? No digo que haya algo de malo con ellos. De hecho, conocí a personas fantásticas en mi empleo pero hay muchas más personas afuera (aproximadamente 6 mil millones). Y como dice un amigo, no puedes esperar tener citas con una actriz de Hollywood si tu estás metido en una oficina 40 horas a la semana mientras ella está filmando su próxima película en Austria.

Muchas personas pasan años trabajando porque creen que eso es lo que “tienen” que hacer. Aunque por dentro sienten la necesidad de hacer algo diferente y constantemente se preguntan si realmente eso es todo lo que obtendrán de la vida.

Debes aceptar que difícilmente encontrarás un empleo que satisfaga tus verdaderas necesidades humanas. No aceptes de la vida menos de lo que te mereces. El primer paso es dejar de negar que no te gusta la realidad que estas viviendo y que sólo tú estás en la posición de cambiarla. Y no es tan difícil, sólo tienes que decir “renuncio”.  ¿Y si fracasas? Como dice mi padre, hay una fórmula para medir el éxito de un hombre: es la suma de las decisiones acertadas más las decisiones equivocadas menos las que nunca tomó.

¿Por qué los futbolistas ganan más que los profesionales de oficina?

Hace algún tiempo leí que alguien preguntaba: ¿Por qué los futbolistas ganan más dinero que un profesional de oficina? Implícitamente la pregunta llevaba la acusación de que el trabajo de los futbolistas está sobrevalorado y que la paga para un profesional que trabaja duro es injusta. Esta pregunta llamó mi atención porque revela mucho sobre las creencias de esta persona con respecto al dinero y el trabajo. Exploremos un poco estas creencias.

En primer lugar, es evidente que afirmar que “los futbolistas ganan más que los profesionales de oficina” es una generalización incorrecta. Hay futbolistas que no son famosos, que juegan en equipos que tampoco son famosos y que no ganan como las grandes estrellas del deporte.

Lo mismo pasa en otras carreras en las que los más famosos ganan más: hay actores y actrices que alcanzan la fama y ganan millones, pero también hay muchos que nunca se convierten en estrellas. Y por otro lado, hay muchos profesionales de oficina que no son “mal pagados”. Si te consideras un empleado mal pagado puedes tomar como ejemplo al jefe de tu jefe.

“¡Pero aunque yo no sea famoso me merezco un salario justo!”

Lo que das, es lo que recibes. Si eres un empleado, tu sueldo es el valor que tu patrón ha decidido que vale tu trabajo. Es un simple intercambio de valor. Tú das tu tiempo y conocimiento, él da su dinero.  De la misma forma funciona para un futbolista, un actor o una modelo. Proporcionan un valor, alguien les da dinero a cambio.

Si tu salario es justo o no, es subjetivo. Tu patrón podría estar pagándote un salario muy por debajo del promedio de la industria para un puesto como el tuyo. Seguramente esto daría luces sobre qué tipo de jefe tienes o qué tipo de empresa es la que dirige. En tal caso el problema es algo más fundamental y deberías cuestionar si realmente quieres seguir en una situación así. Pero aún así, para él tu salario es “justo”, aunque definitivamente no valora tu esfuerzo tanto como tú.

Valor Generado v. Compensación (click para agrandar)

Considera a los cuatro personajes de la imagen (clic para agrandar). El primero es un futbolista famoso que juega en un equipo de la primera división de España. Un país que sí se toma en serio el fútbol. El segundo es un alto ejecutivo de una de las empresas más grandes de EUA.  ¿Sabes quiénes son el tercero y el cuarto? Exacto. Son “desconocidos”. Eso nos da indicios de por qué los primeros dos ganan más.

“¿Y qué tanto valor genera un tipo pateando un balón para ser millonario sólo por eso?”

Una estrella genera valor de muchas formas:

  • Es una imagen modelo. Su imagen puede ser aprovechada para producir películas, anuncios, destacar marcas, etc.
  • Es un modelo de conducta: Los niños quieren ser como su estrella favorita.
  • Proporciona entretenimiento: especialmente valorado, irónicamente, entre los profesionales que trabajan de 8 a 5 y que son mal pagados.

Un profesional de “alto nivel” también genera valor de formas diferentes:

  • Toma decisiones de alto riesgo en cuanto al rumbo que seguirá una empresa. Esto se debe a que tiene el conocimiento necesario para tomar ese tipo de decisiones.
  • Se hace totalmente responsable del rendimiento de la empresa ante una junta directiva o inversionistas.

Existen muchas diferencias entre estas dos personas, pero existen algunos factores comunes en su forma de generar valor. El principal factor común es que el valor que generan es difícilmente reemplazable. A estas personas se les considera como un recurso escaso, lo cual aumenta su valor percibido; y por lo tanto, aumenta la remuneración por el trabajo que hacen.

Ahora, contrasta la situación de las primeras dos personas con la situación de las dos personas del lado izquierdo de la imagen:

  • La persona número tres es un empleado. Seguramente has escuchado que “existe mucho desempleo”. Eso significa que el recurso escaso no es él, sino las empresas en donde puede trabajar. Debido a eso, al momento de establecer el valor del trabajo aportado por el empleado, el poder de negociación se encuentra en el empleador, no en el empleado.
  • La persona número cuatro es un aspirante a ser famoso. Sin embargo, en este momento aún nadie ha puesto sus ojos en él. Definitivamente podría escalar y llegar a ser una estrella del más alto nivel. Pero en este momento se encuentra compitiendo contra un mar de aspirantes a las mismas metas que él, por lo que el valor que puede generar es aún reemplazable.

“Ahora me queda claro. Un futbolista gana más, porque genera más valor. Pero a mi, ni me interesa el fútbol, ¿qué puedo hacer para ganar como una estrella?”

La respuesta corta es: conviértete en una estrella.  La respuesta larga es: conviértete en alguien que genere tanto valor como una estrella.

“Eso es fácil de decir… pero no es tan fácil de hacer”

Lo que esto significa en realidad, es que debes analizar detenidamente tu situación y buscar oportunidades. Es más fácil decirlo que hacerlo. Pero es muy improbable que de un día para otro (o de un año para otro) tu empleo cobre valor por si sólo y de pronto comiences a ganar más porque ahora eres un recurso escaso. Por lo que de una u otra forma, tendrás que cambiar lo que haces para lograr cambios radicales en tu situación financiera.

Ten cuidado de no caer en la trampa de “hacer algo que te puede convertir en estrella, sólo por ser famoso y millonario”. La mejor forma de asegurarte de que estás generando un valor genuino y que puedes disfrutar tanto de generar el valor como de recibir una compensación a cambio, es hacer algo que realmente te apasione.