3 Verdades Innegables

Desde hace tiempo he querido hacer un experimento como este.

Seguramente habrás recibido (y enviado) por correo electrónico algunas de esas presentaciones de PowerPoint con mensajes de superación, chistes, fotos curiosas, etc. Son muy populares.

Lo más interesante de ellas es cómo pueden dar la vuelta por el mundo una y otra vez. Creo que las cadenas de correo que se forman de esa manera son el precursor de la mayoría de técnicas de mercadeo a las que ahora llaman “virales”.

Un día hace mucho tiempo me di cuenta de que una de esas presentaciones sería una forma excelente de dar a conocer Economía Personal.

Pensé que para que funcionara debería crear una presentación impactante que las personas consideraran que valía la pena compartir. Aparte, tendría que tener una relación directa con tu economía y finanzas.

¡Así que aquí está la presentación!

Para descargarla y enviarla a tus amigos, haz clic aquí.

Espero que no tarde mucho tiempo en darle la vuelta al mundo y que llegue de regreso a mi buzón de entrada 😉

¿El tiempo es dinero?

El tiempo es dinero, ¿verdad?. Es lo que comúnmente escuchamos. Sin embargo, no creo que sea cierto. 🙂

Hace algún tiempo publiqué un artículo acerca de los Recursos Personales. En este artículo, hice una distinción entre los Recursos Internos y los Recursos Externos. La diferencia fundamental se encuentra al comparar lo que sucede cuando se utilizan los diferentes tipos de recursos. Los Recursos Internos, crecen con el uso. Los Recursos Externos, decrecen con el uso.

¿Pero qué sucede con el tiempo?

Ciertamente no es un Recurso Interno porque no hay forma de cultivarlo como haces con tus habilidades. Tampoco es un Recurso Externo porque en realidad no puedes gastarlo. Gastar un recurso externo significa que por medio de tus acciones o decisiones estás utilizándolo. Pero el tiempo, pasa independientemente de lo que tu hagas o decidas.

Es muy común que hablemos de utilizar o invertir el tiempo, (o que no tienes tiempo para algo) pero en realidad lo que estamos invirtiendo es nuestra atención. Y es que el futuro y el pasado, en realidad no existen. Lo único que verdaderamente existe es el momento presente. Aún cuando estás pensando en el pasado, o imaginando el futuro, lo estás haciendo en el presente.

Así que cuando estableces una meta como “iniciar tu propio negocio”, no comiences a preocuparte por los riesgos y los obstáculos que podrás encontrar. Al hacer esto, estás quitando tu atención del momento presente y llevándola hacia el futuro, que no existe.

En lugar de eso, enfócate en el presente y decide qué cosas puedes hacer ahora para prepararte para los obstáculos. Qué cosas puedes cambiar en tu vida en este momento para no darte por vencido/a cuando ya estés ahí.

De la misma forma, si tu situación actual no es satisfactoria, no te dejes llevar por la tentación de repasar mentalmente todo lo que ha ido mal. En ese caso, estás quitando tu atención del momento presente y lo estás llevando al pasado, que ya no existe.

En lugar de eso, enfócate en el presente y decide qué cosas puedes hacer ahora para cambiar tu situación. Para cambiar las circunstancias que te están agobiando.

Cuando una persona se queda “paralizada” en una situación que no le favorece, por ejemplo, un empleo que no le satisface, puede significar que está dividiendo su atención entre el pasado y las cosas que ya no quiere experimentar y el miedo al futuro que no puede controlar. Una vez más, la solución es traer la atención al momento presente y darse cuenta de que cualquier acción que se tome, será independiente del futuro y del presente, porque no existen.

El “Factor Latte”

El “Factor Latte” es un concepto originado por el autor David Bach para evaluar cómo pequeñas cantidades de dinero gastadas a diario pueden hacer una diferencia real en tus finanzas. En este caso, el Factor Latte se refiere al gasto que una persona hace al comprar un café “latte” todos los días.

En cálculos simples, asumiendo que un latte cuesta unos $2 y consumes 1 cada día en la oficina, al año estarías gastando $520. Si invirtieras ese dinero a una tasa de interés del 6%, después de 20 años tendrías un capital de aproximadamente $19,134.00.

Esto asume que el precio del latte, o mejor dicho, las contribuciones a tu inversión se mantendrán fijas a lo largo de los años. Sin embargo, el precio del latte subirá, por lo que deberías subir tu aporte a la inversión también.

Por otro lado, tomar un café diario seguramente puede tener efectos negativos en tu salud. Y este análisis no toma en cuenta los gastos médicos que no tendrías que realizar gracias a tu sistema nervioso libre de cafeína.

El “Factor Latte” es una forma poderosa de ver en blanco y negro un concepto más general como el de cambiar tus hábitos costosos.

De hecho, si no eres consumidor de café, puedes reemplazar el latte por cualquier otro hábito que te cueste cantidades pequeñas de dinero de forma recurrente. ¿Cigarros? ¿Gaseosas durante el almuerzo? ¿Donas?

La mejor forma de controlar un hábito de esta naturaleza es rastrear sus efectos por un tiempo y darte cuenta de lo que estás perdiendo por mantener este hábito. Pero no basta con ver el resultado de tu cálculo. Realmente medita sobre lo que estás perdiendo. No sólo financieramente sino en tu salud, en las relaciones con otras personas, en tu espiritualidad, etc. ¿Qué valor agregan estos hábitos a tu vida? ¿Qué valor le restan estos hábitos a tu vida?

Cómo Aprovechar tus Recursos Personales

En un artículo anterior respondía a la pregunta “¿Qué significa ser rico para ti?”. Una forma muy común de responder a esa pregunta es simplemente igualando riqueza con abundancia de dinero. Y aunque eso puede ser una medida común para la riqueza de una persona, no es la más útil.  ¿Por qué no? Porque la abundancia de dinero se centra únicamente en uno de los muchos recursos que una persona puede tener y que lo hace “rico”.

Tipos de Recursos

Puedes clasificar tus recursos personales separándolos en dos grupos: Recursos Internos y Recursos Externos. Esta clasificación proporciona una forma más inteligente para medir tu riqueza. Y no sólo para medirla, también para crearla.

Recursos Internos y Externos

“La habilidad es la riqueza de un hombre pobre.” – John Wooden

“Es el corazón lo que hace a un hombre rico. Un hombre es rico o pobre por lo que es, no por lo que tiene”. – Henry Ward Beecher

Los recursos “internos” de una persona son sus hábitos, habilidades y conocimientos. Por ejemplo: creatividad, valentía, tenacidad, perseverancia, consciencia de sí misma, habilidades técnicas/profesionales/artísticas, conocimientos, auto-estima, etc.

Los recursos “externos” son cosas que por consenso social una persona puede llamar “de su propiedad”: dinero, relaciones personales (no las personas en sí), herramientas, muebles, inmuebles, vehículos, etc.

Una de las diferencias más importantes entre estos dos tipos de recursos es lo que sucede cuando los usas o “gastas”. Los recursos externos disminuyen con el uso. Tu casa y tu carro se deterioran con el uso. Tu cuenta bancaria disminuye con cada cheque. En cambio, tus recursos internos aumentan con el uso. Mientras más practicas una habilidad, te vuelves más hábil. Mientras más usas tu creatividad, te vuelves más creativo/a.

Al comprender estas diferencias y tenerlas presentes, puedes comenzar a explorar diferentes formas de “invertir” esos recursos:

  • Convirtiendo Recursos Internos en Recursos Externos. Por ejemplo, si eres un músico con mucho talento (recurso interno) puedes utilizar ese talento para crear un producto o servicio (recurso externo) que luego intercambias por dinero (recurso externo).
  • Convirtiendo Recursos Internos en más Recursos Internos. La mayoría de personas desarrolló su capacidad de aprendizaje (recurso interno) durante los primeros años de su vida. Eso te permite adquirir habilidades (recursos internos) como: manejar bicicleta, cantar, escribir artículos, hacer manualidades, crear negocios, etc. Probablemente notaste que las habilidades que acabo de mencionar estan ordenadas por su “dificultad”. Mientrás más dificil es la habilidad que quieres aprender, necesitarás agregar otro recurso interno a la receta: autodisciplina.
  • Convirtiendo Recursos Externos en Internos. Podría decirse, por ejemplo, que si le pagas a un maestro para que te enseñe karate, estás convirtiendo un recurso externo en un recurso interno. Sin embargo, esto sólo es posible si utilizas otros recursos internos en combinación con tu maestro — tu capacidad de aprendizaje. Si no tuvieras ese recurso interno, no habría suficiente dinero capaz de hacerte aprender karate. Puedes comprar la cinta negra, pero no comprar la habilidad para patear. Por eso, los recuros externos por sí solos, no pueden convertirse en recursos internos. A este tipo de intercambio es al que yo me refiero como “Inversiones Económicas”. Cuando conviertes tu dinero en oportunidades para la generación de valor.
  • Convirtiendo Recursos Externos en más Recursos Externos. En esta parte es donde entran en juego las “Inversiones Financieras”. Cuando conviertes tu dinero, en más dinero por medio de inversiones. Acciones, bonos, bienes raíces, etc. La compra-venta de bienes también es una conversión de Recursos Externos en más Recursos Externos. Por ejemplo si vendes una casa o un automóvil.

¿En qué conversión te enfocas?

Es común escuchar a personas preocupadas por cómo obtendrán sus recursos externos del próximo mes. Y no hay nada malo con eso, se llama supervivencia y es saludable que todos luchemos por sobrevivir. Los problemas surgen cuando están muy enfocadas en obtener recursos externos —los cuales tienden a disminuir con el uso— y se enfocan poco en desarrollar sus recursos internos que son los que les permitirán obtener recursos externos de forma más eficiente.

¿Qué has hecho últimamente para desarrollar tus recursos internos? ¿Has pensado en formas de aumentar tus ingresos aprovechando tus conocimientos y habilidades/talentos? Talvez sientas que no tienes alguna habilidad que puedas convertir en un producto/servicio en este momento, entonces es hora de que utilices tu capacidad de aprendizaje y tu autodisciplina para aumentar tu habilidad. Ciertamente puedes comprar la cinta negra de karate, pero es mejor si la ganas con mucho esfuerzo y patadas.

¿Qué es el Dinero?

En muchas ocasiones durante nuestras vidas nos encontramos con deseos que no podemos satisfacer porque no tenemos suficiente dinero para hacerlo. Seguramente te habrás dado cuenta de que el dinero es una muy buena herramienta para solucionar problemas. En muchas ocasiones es mucho más fácil pagar para solucionar algo que intentar solucionarlo tú mismo. Esto te da la pauta de que tener dinero es bueno.

Pero en otras ocasiones, la sociedad te da mensajes acerca de la corrupción de la que viene acompañada el dinero. Conoces las historias de robos, estafas y desfalcos públicos que te hacen creer que tener dinero de alguna forma nos contamina. El condicionamiento social te da la pauta de que tener dinero es malo.

Todos estos mensajes contradictorios limitan tu capacidad de adquirir dinero porque te llenan de pensamientos que, a la larga, lo único que hacen es sabotear tu búsqueda de libertad financiera.

En un artículo posterior hablaré sobre cuál es el papel que juega el dinero en la vida de una persona consciente que busca satisfacer sus necesidades y deseos. Pero antes, considero esencial que establezca una base sobre la cual explorar el tema del dinero. Para esto, respondamos la pregunta…

¿Qué es el dinero?

El dinero es un contrato social. Es un acuerdo logrado en conjunto por todos los participantes del juego económico. Según el diccionario de la RAE, desde el punto de vista económico “dinero” significa: “Medio de cambio de curso legal”.

Si el dinero es un medio de cambio, ¿qué es lo que se intercambia cuando utilizamos el dinero? La respuesta es: valor. Un valor subjetivo asignado de forma arbitraria por la sociedad en conjunto. Esto significa que un billete de $100, vale $100 porque hemos decidido que así sea. Es un valor arbitrario, pero que tiene todo un sistema económico de respaldo que garantiza que un billete de $100, siempre valga $100.

Ahora que sabemos que el dinero es una forma de intercambiar valor, exploremos las 2 posibles formas de intercambio de valor.

Cómo funciona el dinero

Valor Genuino

Si el dinero en sí mismo es sólo una representación general de valor asignado por la sociedad, cuando gastas dinero en algo (por ejemplo, pagas un taxi), lo que estás haciendo es obteniendo o extrayendo un valor (en este caso, transporte) de la sociedad (específicamente del taxista) y entregándole a cambio un “título” (por ejemplo, billetes, monedas, cheques, etc.) que le otorga el derecho de obtener o extraer el mismo valor de la sociedad de cualquier otra forma (por ejemplo, los tacos del almuerzo).

Cuando recibes dinero de la sociedad es porque estás entregándole un valor a la sociedad, a cambio del dinero. Este dinero luego te servirá a ti para extraer valor de la sociedad. Esto es así, a menos que optes por la segunda opción…

Estafas, Robos e Ineficiencias.

Existe otra forma de intercambio de valor. Se trata de los intercambios forzosos o engañosos: robo, estafa, etc. En este caso, estás obteniendo valor de la sociedad sin otorgar a cambio un valor equivalente.

Es evidente que muchas de las creencias conflictivas acerca del dinero, vienen de la suposición equivocada de que la única forma de obtener grandes cantidades de dinero es utilizando la segunda opción. Sin embargo, no necesariamente es así.

En un próximo artículo, exploraré el tema del papel que juega el dinero en tu vida, tomando en cuenta la forma en que se realiza el intercambio de valor.