#MF20 Día 7: Analizando tus Gastos

Ayer creaste una serie de metas específicas para lograr este año en relación a tus finanzas. En la actividad de hoy, analizarás tus gastos tomando en cuenta esas metas para que tú mismo/a decidas qué cambios son necesarios para lograrlas.

Analizando tus gastos

De nuevo, en una hoja de papel (o electrónica) lista tus gastos para este año. Puedes usar como base el listado de gastos de tu Estado de Resultados, pero asegúrate de agregar cualquier gasto nuevo y eliminar los que ya no vayas a tener.

En este paso, puedes obviar los gastos que tienes de pago de deudas porque lo importante es entender la importancia real de cada uno de tus gastos en relación a tus metas. Para esto, reordenarás tu lista de gastos de una forma especial.

¿Cómo la reordenas? Mira cada gasto en tu lista y piensa en qué tan importante es para lograr las metas que estableciste ayer. ¿cómo te hace sentir haber gastado en cada categoría? ¿preferirías haber utilizado tu dinero en una categoría diferente?

Selecciona el gasto más importante para cumplir tus metas y escribe un número uno al lado. Luego, selecciona el más importante del resto de gastos y escribe un número dos. Sucesivamente, marca todos tus gastos hasta que todos tengan un número a su lado que denota su importancia relativa. A continuación, reescribe la lista con el nuevo orden de importancia.

El objetivo es que al final tengas una lista que comience con el gasto más importante y esencial para cumplir tus metas, y termine con el menos importante (y por lo tanto, el más fácil de reducir).

Esto puede tomar un tiempo pero vale la pena. Es probable que te topes con dos gastos entre los que no puedes decidir cuál es más importante. Esta bien si los ves con el mismo nivel de importancia, lo esencial es que tengas una idea general de qué tan relevantes son para tus metas.

¿Qué puedes reducir?

Ahora que ya tienes tu lista ordenada por importancia, viene una de las tareas más importantes de todo el programa.

Aquí es donde decides qué en qué cosas dejarás de gastar porque no te ayudan en nada a alcanzar tus objetivos. En otras palabras, eliminarás gastos superfluos que únicamente sacan dinero de tu bolsa pero no te devuelven nada.

Para esto, comienza de abajo hacia arriba y responde: ¿como te sentirías si eliminas al 100% este gasto? ¿habrían serias consecuencias si lo elimino o simplemente me sentiría incómodo/a? ¿Este gasto es un gusto o una necesidad? ¿Es más importante cumplir mis metas cuanto antes o mantener este gasto?

Al responder estas preguntas es muy probable que encuentres mucha resistencia interna hacia realizar un cambio. Pueden surgir muchas justificaciones para mantenerlo, pero debes analizar ¿cuál es el origen de esas justificaciones?

Por ejemplo, ¿qué pasaría si estás analizando tu categoría de gastos “Salidas al cine”? Podrías decir que el entretenimiento es una necesidad humana y que, de hecho, te ayudará a mantenerte motivado/a para cumplir tus metas. Y tendrías toda la razón, pero ¿ir al cine es la única forma de entretenimiento? ¿hay alguna forma en que puedas entretenerte sin gastar ese dinero? Si no quieres eliminar por completo ese gasto, ¿al menos podrías reducirlo?

Y en lugar de “salidas al cine” puede ser cualquier cosa. Los pagos de tu televisor/auto/juguete nuevo, televisión por cable, comidas fuera, regalos, ropa, zapatos, joyas, etc. Cualesquiera que sean tus decisiones en cuanto a tus gastos, lo más importante es que estés consciente de que estás decidiendo hacer cambios para cumplir tus propias metas.

¡Y eso es todo por hoy! ¿Qué te ha parecido la actividad de hoy? ¿Cuáles son los gastos que más difíciles consideras de reducir? ¡Cualquier pregunta o comentario es bienvenido!

¿Terminaste? Sigue con la siguiente tarea. ¿No sabes qué es MF20? Puedes leer más aquí.

¿Quién debería pagar la cita? (Parte II)

En la entrada anterior le pedí a los lectores que dieran su opinión sobre ¿quién debería pagar la cuenta en una cita? Una de las opiniones generalizadas es que “quien invita, paga” porque se entiende que si te están invitando es porque existe la intención de pagar. Otra opinión generalizada es que conforme una relación avanza, existirá más confianza y entonces se podrán hacer arreglos para repartir los gastos o alternar quién paga.

Estas ideas me parecen razonables, pero hay otros puntos de vista que aunque no siempre salen a la vista, sabemos que están ahí. Por ejemplo, hay personas —tanto hombres como mujeres— que creen que es inaceptable que una mujer pague total o parcialmente la cuenta en una cita.

Motivos

¿Cuál es el verdadero motivo por el que una persona podría sentirse incómoda si su pareja intenta pagar la cuenta? Me parece que el problema radica en la tendencia a derivar tu propia identidad de tus posesiones o estatus social. En el caso de que tu pareja quiera invitarte, ¿sentirías que tu estatus social o tu valor como persona disminuye? Si es así, ¿esa creencia limitaría tu capacidad de arriesgar dinero en inversiones? ¿De hacer negocios? ¿Tratarías de mantener las apariencias aún a costa de tu salud financiera?

¿O cuál es el verdadero motivo por el que una persona le parezca inaceptable pagar parte de la cuenta? Me parece que esta es una actitud de delegar tu responsabilidad. ¿En qué otras áreas de tu vida esperas que sea alguien más quien se haga cargo de tus problemas? ¿siempre esperas a que esté tu pareja, tu familia o el gobierno para ayudarte?

Discusión Abierta

No veo nada de malo con discutir abiertamente el tema del dinero y quién paga la cuenta con una persona sin necesidad de esperar a que haya una relación formal o hasta salir 5, 10 o más veces. No considero que sea una descortesía o una falta de caballerosidad hablar abiertamente sobre un tema que es importante para tí. De hecho, no hablar de los temas importantes es lo que causa problemas. Encontrar la forma adecuada de hablar sobre el tema y no tratarlo como tabú puede mejorar tu relación y no necesariamente empeorarla. En las relaciones personales no es tan importante lo que se dice, como la forma en que se dice.

Por supuesto, no haría exigencias insensatas como exigir que la otra persona pague si está pasando por problemas financieros. También considero insensato insistir en que para pasar tiempo de calidad con otra persona sea necesario gastar mucho dinero. Es más fácil tener buenas conversaciones cuando sólo estás tomando un café que cuando estás en el cine (siempre y cuando realmente estés viendo la película) o en un restaurante donde te sirven entrada, primer plato, plato fuerte, postre, etc. ¿Qué tanto puedes conocer a otra persona cuando el 80% del tiempo lo único que haces es verla masticar?

Mi intención realmente no es convencerte de que mis opiniones son las correctas y las tuyas son equivocadas. Mi intención es que cuestiones cuál es el origen de tus creencias, y qué efectos pueden tener esas creencias en tus finanzas sin que te hayas dado cuenta. Y si te parece adecuado, cambies tus creencias para lograr tus objetivos.

Agradecimiento

Quiero aprovechar para agradecer a quienes comentaron, no sólo aquí en el blog, sino en los foros, en la página de Facebook, y en especial a quienes votaron y comentaron en Chuenga e hicieron que el post llegara a la portada. Sería fantástico si lo hacen de nuevo. 😉

¿Quién debería pagar la cita?

Este es un tema que surgió recientemente en los foros y que luego surgió en una reunión de negocios. ¿Quién debería pagar la cuenta en una cita? ¿el hombre? ¿la mujer? ¿quien hizo la invitación? ¿cada quién paga lo suyo?

¿Alguna vez te habías puesto a pensar detenidamente en esto? ¿Cuál es tu opinión?

Antes de compartir mi opinión al respecto me gustaría saber qué piensan ustedes. En los foros Javier García mencionó que este es un problema serio. Y estoy totalmente de acuerdo en que puede serlo, pero no tiene que serlo. 😉

Así que adelante, deja tus respuestas en los comentarios ¿quién crees que debería pagar la cuenta? y ¿por qué?

¿Gastar o no gastar? Esa es la cuestión.

¿Cómo puedes saber si financieramente tiene sentido hacer un gasto?

Cuando estás iniciando a tomar control de tus finanzas, cuando estás iniciando tu fondo para emergencias, pagando deudas o simplemente cuando obtuviste tu primer empleo, es común que tengas que evaluar si una compra es buena idea o no.

Para muchas personas basta con decir “si tengo suficiente dinero en este momento para pagarlo, esta bien” o “si puedo dar el pago inicial y me alcanza para las mensualidades, está bien”, o peor aún, “si el límite de mi tarjeta de crédito lo paga, esta bien”.

Pero ¿es cierto?

En realidad, todo depende de tus metas. No sólo tus metas financieras sino las metas que tengas para tu vida en general.

Si tienes metas claras a mediano y largo plazo, debería ser sencillo saber si un gasto te ayudará a alcanzarlo o será un obstáculo. Pero la mayoría de personas ni siquiera ha decidido cuáles son sus metas financieras o de vida en el largo plazo. En tales casos sus metas son, por defecto, gastarse todo el dinero que tengan en el menor tiempo posible.

Estas son algunas preguntas que puedes hacerte para determinar si vale la pena realizar un gasto:

¿Ayudará a reducir gastos?

Muchas veces realizar un gasto ahora puede traer beneficios después. Por ejemplo, remplazar algún electrodoméstico que está dañado y es necesario. O cambiar alguna pieza de tu automóvil para que consuma menos gasolina/aceite/agua, etc.

Siempre y cuando la reducción sea mayor que los nuevos gastos en los que puedas incurrir por tu compra, tiene sentido

¿Ayudará a aumentar ingresos?

En otras ocasiones algunos gastos te servirán para aumentar tu capacidad para generar ingresos. En el artículo 7 ( u 8 ) Formas de Aumentar tu Productividad mencioné algunos ejemplos.

En este caso es mejor que sepas específicamente cómo te va a ayudar hacer este gasto para aumentar tus ingresos. Cosas como “pagaré por este curso por si alguna vez necesito saber cómo programar sitios Web” no son suficientes. Debes estar convencido/a de que comenzarás a utilizar tus nuevas habilidades para generar ingresos. Si no sabes exactamente cómo y cuándo un gasto comenzará a rendir frutos, es muy probable que sea simplemente un capricho.

¿Ayudará a lograr tus metas de ahorro?

Independientemente de cuál sea el motivo por el que estás ahorrando (crear un fondo de emergencias, comenzar a hacer inversiones, comprar una casa, etc.) tu meta de ahorro debe ser más importante que los gastos pequeños potencialmente innecesarios. Simplemente porque tu meta de ahorro es para el largo plazo deberás valorarla más que pequeños gastos que no cumplen con las primeras dos preguntas.

¿Estaba planificado?

Quizás más importante que las otras preguntas, ¿habías planificado hacer este gasto o es un algo impulsivo? ¿realmente es una oportunidad única que no puede esperar hasta que tengas suficiente dinero para comprarlo?

Gran parte de la publicidad está orientada a hacerte creer que cada compra vale la pena aunque no lo tengas planificado. Sin embargo, ¿cómo te sentirás después de varios meses después de haber hecho la compra? ¿Te habrás endeudado por un capricho?

Esto no significa que no puedas gastar en algunos caprichos de vez en cuando, pero deberías estar tomando en cuenta esos caprichos en tu presupuesto y saber qué tantos caprichos realmente puedes pagar sin sacrificar tus metas a largo plazo.

¿De qué otras formas podrías saber si un gasto vale la pena o no? ¡Comparte tu experiencia en los comentarios! 😉

El “Factor Latte”

El “Factor Latte” es un concepto originado por el autor David Bach para evaluar cómo pequeñas cantidades de dinero gastadas a diario pueden hacer una diferencia real en tus finanzas. En este caso, el Factor Latte se refiere al gasto que una persona hace al comprar un café “latte” todos los días.

En cálculos simples, asumiendo que un latte cuesta unos $2 y consumes 1 cada día en la oficina, al año estarías gastando $520. Si invirtieras ese dinero a una tasa de interés del 6%, después de 20 años tendrías un capital de aproximadamente $19,134.00.

Esto asume que el precio del latte, o mejor dicho, las contribuciones a tu inversión se mantendrán fijas a lo largo de los años. Sin embargo, el precio del latte subirá, por lo que deberías subir tu aporte a la inversión también.

Por otro lado, tomar un café diario seguramente puede tener efectos negativos en tu salud. Y este análisis no toma en cuenta los gastos médicos que no tendrías que realizar gracias a tu sistema nervioso libre de cafeína.

El “Factor Latte” es una forma poderosa de ver en blanco y negro un concepto más general como el de cambiar tus hábitos costosos.

De hecho, si no eres consumidor de café, puedes reemplazar el latte por cualquier otro hábito que te cueste cantidades pequeñas de dinero de forma recurrente. ¿Cigarros? ¿Gaseosas durante el almuerzo? ¿Donas?

La mejor forma de controlar un hábito de esta naturaleza es rastrear sus efectos por un tiempo y darte cuenta de lo que estás perdiendo por mantener este hábito. Pero no basta con ver el resultado de tu cálculo. Realmente medita sobre lo que estás perdiendo. No sólo financieramente sino en tu salud, en las relaciones con otras personas, en tu espiritualidad, etc. ¿Qué valor agregan estos hábitos a tu vida? ¿Qué valor le restan estos hábitos a tu vida?

Reducir Gastos vrs. Aumentar Ingresos (Parte I)

La base para que tus finanzas sean saludables es que tus ingresos sean mayores que tus gastos y que hagas algo productivo con la diferencia. Esto siempre es así, pero ahora que estamos en “crisis” cobra mayor importancia.

Es evidente que sólo hay dos formas de lograr que tus ingresos sean mayores que tus gastos:

  • Reducir tus gastos
  • Aumentar tus ingresos

En la primera parte de este artículo exploraré las diferentes formas de reducir tus gastos y algunos beneficios de reducir tus gastos que no son tan evidentes. En la segunda parte, exploraremos las formas de aumentar tus ingresos.

¿Listo/a? Comencemos con las formas en las que puedes reducir tus gastos:

Frugalidad

La forma más común de reducir los gastos personales es tomando una actitud frugal. Es una actitud bastante inteligente siempre y cuando no se lleve al extremo. Esta bien usar cupones del supermercado y aprovechar las ofertas y descuentos, pero al llevarlo al extremo puede ser contraproducente. Probablemente no sea buena idea gastar más en gasolina por viajar hasta la gasolinera que tiene el mejor precio.

También sería una mala decisión utilizar tu tiempo en tareas que podrías pagar por que alguien más las haga o posponerlas hasta otro momento. Esto es especialmente importante si puedes utilizar el tiempo libre extra para aumentar tus ingresos. Lo más importante aquí es tener un buen juicio.

Compras Inteligentes

Esto es en cierta forma, parte de una actitud frugal. Uno de los errores más comunes cometidos en nombre de la frugalidad es sacrificar la calidad por el precio, en contra de la conocida regla de que “lo barato sale caro”.

Es muy dificil hacer una compra efectiva cuando uno quiere encontrar un balance entre calidad y precio. Mi recomendación es que siempre que puedas te limites a comprar lo más barato, si no te importa la calidad (por ejemplo, si quieres comprar algo que sólo utilizarás una vez o para salir del paso) o compra lo de mejor calidad sin importar el precio (si lo que quieres es comprar algo que te dure mucho tiempo o no quieres aceptar las consecuencias de comprar algo de mala calidad).

Si no puedes pagar por la mejor calidad, es mejor esperar. Ahorra el dinero para hacer tu compra o aumenta tus ingresos para poder pagarlo. Pero no sacrifiques la calidad. Al final de cuentas terminarás pagando más reponiendo objetos de mala calidad con mayor frecuencia.

Elimina tus Deudas

Otra forma común de reducir tus gastos es eliminando tus deudas al máximo para evitar los gastos asociados a ellas. Especialmente las deudas que has utilizado para pagar cosas que no generan ningún ingreso. Hay diferentes formas de pagar tus deudas, escoge una y ¡acaba con ellas!

Reduce tus gastos… gastando

Sí, reduce tus gastos imprevistos gastando en adquirir un seguro que te cubra en accidentes, enfermedades, robos, etc. O crea un fondo con el que puedas cubrir gastos grandes que no ocurren siempre, como vacaciones, el pago inicial de un automóvil, etc.

Por ejemplo, crea un fondo de emergencia para tus gastos personales en caso de que no tengas ingresos. Esto es especialmente importante si tus ingresos son variables porque trabajas por tu cuenta.

¿Qué beneficios tiene reducir tus gastos?

Es evidente que reducir tus gastos tiene beneficios. Lo que no siempre es evidente es que el impacto que puede tener en tu vida reducir tus gastos va mas allá de tus finanzas. Reducir tus gastos puede…

  1. Eliminar el estrés. Esto surge principalmente cuanto pagas tus deudas y creas fondos de especiales para gastos grandes. Si logras eliminar la preocupación que te causan estas situaciones, podrás enfocarte mejor en aumentar tus fuentes de ingresos.
  2. Formar nuevos hábitos. Para muchas personas reducir los caprichos o pagar las deudas puede ser una tarea complicada porque les resulta dificil mantenerse en el camino correcto. Puedes ver tus gastos y deudas como una oportunidad para mejorar tu vida al desarrolar la disciplina necesaria para sobreponerte a todo tipo de obstáculos. Puedes compararlo con las pesas en un gimnasio. Es dificil levantarlas, pero lo importante no es únicamente levantarlas sino hacerte más fuerte en el proceso.
  3. Estimular tu creatividad. Cuando limitas las cosas que comprarás te enfrentarás con situaciones que tendrás que resolver sin utilizar dinero. En lugar de comprar los adornos de navidad los puedes fabricar tu mismo y convertirlo en una actividad familiar. En lugar de comer fuera los fines de semana, puedes aprovechar para enseñarles a tus hijos las recetas familiares… o probar la comida vegetariana.
  4. Salvar al planeta. Existen muchas alternativas de consumo que al mismo tiempo ayudan a proteger la isla en la que vivimos. Desde cosas simples como reutilizar hojas impresas aprovechando el lado en blanco, hasta utilizar energía solar para la energía de tu casa. O cambiar tu automóvil.

En la segunda parte de este artículo veremos las formas en que puedes aumentar tus ingresos o crear fuentes nuevas de ingresos. Mientras tanto te invito a que compartas en los comentarios ¿cuál ha sido tu experiencia reduciendo tus gastos personales? ¿qué te resulta fácil y qué te resulta dificil? ¿has identificado otras formas de reducción de gastos? ¡Gracias!

¿Qué es el Dinero?

En muchas ocasiones durante nuestras vidas nos encontramos con deseos que no podemos satisfacer porque no tenemos suficiente dinero para hacerlo. Seguramente te habrás dado cuenta de que el dinero es una muy buena herramienta para solucionar problemas. En muchas ocasiones es mucho más fácil pagar para solucionar algo que intentar solucionarlo tú mismo. Esto te da la pauta de que tener dinero es bueno.

Pero en otras ocasiones, la sociedad te da mensajes acerca de la corrupción de la que viene acompañada el dinero. Conoces las historias de robos, estafas y desfalcos públicos que te hacen creer que tener dinero de alguna forma nos contamina. El condicionamiento social te da la pauta de que tener dinero es malo.

Todos estos mensajes contradictorios limitan tu capacidad de adquirir dinero porque te llenan de pensamientos que, a la larga, lo único que hacen es sabotear tu búsqueda de libertad financiera.

En un artículo posterior hablaré sobre cuál es el papel que juega el dinero en la vida de una persona consciente que busca satisfacer sus necesidades y deseos. Pero antes, considero esencial que establezca una base sobre la cual explorar el tema del dinero. Para esto, respondamos la pregunta…

¿Qué es el dinero?

El dinero es un contrato social. Es un acuerdo logrado en conjunto por todos los participantes del juego económico. Según el diccionario de la RAE, desde el punto de vista económico “dinero” significa: “Medio de cambio de curso legal”.

Si el dinero es un medio de cambio, ¿qué es lo que se intercambia cuando utilizamos el dinero? La respuesta es: valor. Un valor subjetivo asignado de forma arbitraria por la sociedad en conjunto. Esto significa que un billete de $100, vale $100 porque hemos decidido que así sea. Es un valor arbitrario, pero que tiene todo un sistema económico de respaldo que garantiza que un billete de $100, siempre valga $100.

Ahora que sabemos que el dinero es una forma de intercambiar valor, exploremos las 2 posibles formas de intercambio de valor.

Cómo funciona el dinero

Valor Genuino

Si el dinero en sí mismo es sólo una representación general de valor asignado por la sociedad, cuando gastas dinero en algo (por ejemplo, pagas un taxi), lo que estás haciendo es obteniendo o extrayendo un valor (en este caso, transporte) de la sociedad (específicamente del taxista) y entregándole a cambio un “título” (por ejemplo, billetes, monedas, cheques, etc.) que le otorga el derecho de obtener o extraer el mismo valor de la sociedad de cualquier otra forma (por ejemplo, los tacos del almuerzo).

Cuando recibes dinero de la sociedad es porque estás entregándole un valor a la sociedad, a cambio del dinero. Este dinero luego te servirá a ti para extraer valor de la sociedad. Esto es así, a menos que optes por la segunda opción…

Estafas, Robos e Ineficiencias.

Existe otra forma de intercambio de valor. Se trata de los intercambios forzosos o engañosos: robo, estafa, etc. En este caso, estás obteniendo valor de la sociedad sin otorgar a cambio un valor equivalente.

Es evidente que muchas de las creencias conflictivas acerca del dinero, vienen de la suposición equivocada de que la única forma de obtener grandes cantidades de dinero es utilizando la segunda opción. Sin embargo, no necesariamente es así.

En un próximo artículo, exploraré el tema del papel que juega el dinero en tu vida, tomando en cuenta la forma en que se realiza el intercambio de valor.

Gastos Personales ¿Cómo controlarlos?

Este artículo es parte de la serie 7 reglas para llenar tus bolsillos, basadas en el libro El Hombre más Rico de Babilonia.

En el último artículo, hablé sobre cómo iniciar (o hacer crecer) tus ahorros. La clave para lograr eso es ahorrar 10% (o más) de tus ingresos y aprender a vivir con 90% (o menos) de tus ingresos. Pero, ¿cómo lograr controlar mis gastos para sobrevivir con 90% (o menos) de mis ingresos?.

La forma más directa de controlar tus gastos es utilizando un presupuesto.

Hay una infinidad de posibilidades para hacer un presupuesto. Puedes hacerlo tan sencillo o complejo como desees. Lo más importante es que tiene que ser un presupuesto que funcione para ti. Tiene que ser suficientemente sencillo para que sea fácil de usar, consultar y actualizar. Tiene que ser suficientemente completo para que refleje de la mejor forma posible la realidad de tus finanzas. No hay una sola “mejor forma” de hacer un presupuesto que aplique para todos. Sin embargo, hay algunos fundamentos que es bueno seguir para que tu presupuesto funcione. Puedes leer sobre estos fundamentos en este artículo.

Una vez que haz hecho tu presupuesto en papel, debes llevarlo a la práctica. Esto es algo que afectará directamente tu…

Estilo de Vida

Para muchos el obstáculo más grande para controlar sus gastos es el estilo de vida que llevan. Muchas personas no están dispuestas a sacrificar gastos innecesarios para poder vivir con el 90% de sus ingresos. Esto es común entre las personas a las que posiblemente escucharás diciendo “¿por qué ahorrar para el futuro si la vida es ahora? ¿no es mejor gastar el dinero ahora? De todas formas no estoy seguro de que vaya a estar vivo mañana, ¡hay que disfrutar la vida mientras se puede!”

Es completamente cierto, hay que disfrutar la vida mientras se puede; pero no es buena idea llevar esto al extremo. Hay un problema fundamental con llevar al extremo esta filosofía de vida. No puedes correr el riesgo de “vivir cada día como si fuera el último”. No puedes ir a gastarte todo tu dinero en alcohol y mujeres. Puedes tener la “mala suerte” de amanecer al día siguiente vivo, con resaca, sin dinero y con una esposa enojada. 😉

Existe un segundo grupo de personas que se resisten a un cambio en su estilo de vida. Este grupo de personas basa su estilo de vida en impresionar a otras personas con las cosas que compran. ¡Aunque tengan que endeudarse para hacerlo! Ropa de las mejores marcas, auto último modelo o cualquier otro juguete con el que puedan presumir. No quiero decir que estas cosas tengan algo de malo. Tienes todo el derecho de querer comprar juguetes caros. Pero si lo haces a costillas de la salud de tus finanzas, estás cavando un camino hacia una situación insostenible.

Finalmente, existe un tercer grupo de personas a quienes les resulta extremadamente difícil realizar un cambio de estilo de vida para ahorrar dinero. La mayoría de los lectores de este sitio, siendo latinoamericanos debe sospechar a quienes me refiero. Me refiero a las personas que viven en extrema pobreza. Lamentablemente, en latinoamérica esta todavía es una situación muy común.

Justamente hoy por la mañana tuve una conversación con alguien cercano que me hizo recordar que es difícil generalizar una regla como “guarda el 10% de tus ingresos” cuando tomas en cuenta los extremos. Vivir en extrema pobreza hace que sea casi imposible cumplir con una regla como esta. Es casi imposible darle vuelta a tu situación financiera cuando vives con lo mínimo. Pero la clave está en que es casi imposible, no imposible.

Esta última parte merece su tratamiento en uno (o varios) artículos aparte. Y dentro de las lecciones de El Hombre más Rico de Babilonia, hablaré más sobre este tema al llegar a la regla de “Aumenta tu capacidad de generar ingresos”

Mientras tanto, quisiera compartir una parte del libro que te ayuda a reflexionar sobre el uso de un presupuesto. Se trata de una comparación entre un presupuesto y…

La carga de un burro

Cuando Arkad, el hombre más rico de Babilonia, está describiendo cómo controlar los gastos de una persona uno de los alumnos se sobresalta, poniéndose a la defensiva porque no quiere hacer un presupuesto. El alumno dice que él es un hombre libre y que se rehúsa a convertirse en un “esclavo del presupuesto”. Él piensa que llevar y cumplir un presupuesto es una carga muy pesada, como los bultos de un burro de carga.

Arkad le responde con una pregunta: ¿quién haría tu presupuesto? ¿Si el burro pudiera escoger su carga, escogería lo más pesado? ¿o escogería balancear su carga con agua y alimentos para el viaje por el desierto?

El propósito del presupuesto no es privarte de cumplir tus deseos. El propósito es ayudarte a cumplir un objetivo más importante (tu libertad financiera) y proteger ese deseo mayor de tus caprichos casuales.

Conclusión

Esto es algo que ya he dicho antes, pero es importante así que no me importa repetirlo: Lo primero que tienes que tener claro antes de decidirte a controlar tus gastos (o tomar cualquier otra acción en relación a tus finanzas) es ¿cuál es el objetivo financiero que quieres alcanzar? sin esto, cualquier esfuerzo que hagas fácilmente se convertirá en un esfuerzo en vano. Si no sabes a donde vas, cualquier camino es bueno. O malo. Si sabes hacia donde vas, controlar tus finanzas tendrá sentido.

No le tengas miedo a un cambio de estilo de vida para ahorrar algo de dinero. Si tu objetivo es ahorrar dinero para obtener abundancia financiera en el futuro, el cambio de estilo de vida es sólo algo temporal.

Cómo Hacer un Presupuesto Personal

Cierta vez leí que tener un “presupuesto” sirve para no decir “por supuesto” a cada gasto que se te pone enfrente.

En este artículo te guiaré por el proceso, paso a paso, para crear un presupuesto personal básico. La razón por la que haremos un presupuesto básico es para que puedas fácilmente adaptarlo a tus propias necesidades.

¡Comencemos!

Lo que necesitarás

Necesitarás aproximadamente 20 minutos para completar este proceso en su forma más sencilla. Si no tienes el tiempo ahora, te recomiendo que guardes este artículo en tus favoritos o lo envíes a tu propio correo electrónico para revisarlo después. Puedes usar el enlace que dice “Comparte este artículo” al final del texto para enviártelo.

Si estás listo/a para comenzar, necesitarás:

  1. Papel y lápiz o un programa de hojas electrónicas (OpenOffice Calc, Excel, Numbers, Google Docs, etc.)
  2. Un estimado de tus ingresos y gastos fijos mensuales
  3. Un estimado de los gastos que tengas que no ocurren mensualmente (pago de impuestos, primas de seguros, colegiaturas, etc.)

Nota: Si lo prefieres, puedes descargar una plantilla ya hecha de este proceso como parte de la Colección de Recursos de Economía Personal. De cualquier forma, es buena idea que sigas este proceso para comprender mejor tu presupuesto.

Paso 0 – Columnas

Lo primero que debes hacer es crear cuatro columnas para ingresar: Descripción, Valor Estimado, Valor Real, Diferencia.

Estas columnas las utilizarás para todas las categorías que usaremos. La columna de Diferencia debe expresar la diferencia entre el Valor Estimado y el Valor Real como un porcentaje. También puedes usar la diferencia en moneda, pero es más fácil captar el concepto en porcentajes.

Coloca hacia abajo, en las mismas columnas, cada una las categorías que veremos a continuación.

Paso 1 – Ingresos

La primera categoría serán tus ingresos. Debes listar todos los ingresos que recibas mensualmente. Tu salario, ingresos por rentas, alquiler de propiedades, pensión alimenticia, trabajos independientes, etc.

Si haces tu presupuesto en una hoja electrónica, mi recomendación es que hagas estas cifras negativas y como verás más adelante, tus gastos serán positivos. Esto es por facilidad, ya que generalmente tendrás más información que ingresar en tus gastos y es más fácil ingresarlos como valores positivos (¡no tendrás que recordar ponerle el signo negativo a todo!)

Al principio del mes deberás ingresar únicamente los valores estimados. En cuanto tengas el valor real (cuando recibas efectivamente tus ingresos) escribe los valores reales y calcula las diferencias.

Paso 2 – Ahorros e Inversiones

A continuación, lista las salidas de dinero que sean para ahorros o inversiones.

Lista aquí cualquier aporte que hagas a fondos de retiro, cuentas de plazo fijo o simplemente el dinero extra que ahorras todos los meses.

Es muy importante que estas salidas de dinero queden separadas de los gastos en sí, porque te ayuda a mantener el hábito del ahorro.

Paso 3 – Pagos de Deudas

De nuevo, bajo las mismas cuatro columnas, lista tus salidas de dinero que correspondan a pagos de deudas: tarjetas de crédito, hipotecas, préstamos personales, el pago de tu automóvil, etc.

También es importante separar estas salidas de dinero de tus otros gastos para que mantengas siempre a la vista la cantidad de dinero que debes.

Te recomiendo que leas el artículo 6 Formas de Pagar tus Deudas (con ejemplos) para más ideas sobre como acabar con tus deudas eficientemente.

Paso 4 – Gastos

Finalmente, llegamos a la parte central de un presupuesto, tus gastos mensuales.

Lista cada una de tus categorías de gastos con su valor estimado para el mes.

¿Qué categorías de gastos debes poner? En realidad no hay una respuesta única. Debes buscar las categorías y el nivel de detalle que funcione para ti. Dale una mirada a esta lista de categorías de gastos para ayudarte.

Recuerda, para completar esta sección debes tener en cuenta dos aspectos:

1. Está bien equivocarse. Es muy poco probable que logres planificar tus gastos con el 100% de exactitud, especialmente si es la primera vez que lo haces. Pero no importa porque la meta no es ser preciso. La meta es desarrollar el hábito de administrar tus finanzas con frecuencia. Por supuesto, haz tu mejor esfuerzo al predecir tus gastos, pero no te obsesiones con ser exacto “al centavo”, te aseguro que conforme vayas practicando el hábito irás mejorando.

2. Toma en cuenta los gastos que no son mensuales. Un error común al hacer un presupuesto es enfocarte únicamente en tus gastos fijos mensuales y olvidar que hay gastos que ocurren con menor frecuencia. Lo mejor que puedes hacer es distribuir esos gastos en varios meses para que cuando llegue el momento ya tengas el dinero reservado. Encuentra la mejor forma de distribuir estos gastos (por ejemplo, para un gasto anual, podrías ahorrar 1/12 del gasto cada mes) y regístralos en esta sección.

Paso 5 – Registro de Gastos

Hasta ahora has hecho solamente una planificación (utilizando la columna de estimaciones) de tus ingresos y gastos. El siguiente paso —que abarca lo que queda del mes— es registrar tus gastos e ingresos reales para compararlos con tus estimaciones.

La principal ventaja de esto es que puedes detectar de inmediato las categorías de gastos que están saliendo de tu planificación en cuanto sucede —y no cuando te das cuenta de que ya no tienes suficiente dinero para cubrir otros gastos.

Mi recomendación es que guardes todos tus recibos de compras y que apuntes en una libreta o smartphone todos los gastos para los que no tengas recibos. ¡Guarda siempre tus recibos en el mismo lugar para no perderlos!

Al menos una vez por semana, tómate 15 minutos para ingresar tus gastos en las categorías que correspondan. Asumiendo que duermes 8 horas al día, 15 minutos son 0.22% de tu tiempo despierto/a durante la semana. No me digas que no tienes tiempo para hacerlo. 🙂

Paso 6 – El Siguiente Mes

Tu presupuesto mensual debe siempre evolucionar y convertirse en el presupuesto del siguiente mes. Si fallas en actualizar mes a mes tu presupuesto eventualmente quedará obsoleto y no tendrá ningún valor real.

El primer fin de semana de cada mes (o en el día que más te convenga) es tiempo de analizar las diferencias entre tus predicciones y tus datos reales para hacer ajustes que sean necesarios en tus predicciones para el siguiente mes.

Esta es una regla simple para hacer tus ajustes:

  • Si la diferencia absoluta es de 35% o más; y no fue por un evento fuera de lo común ajusta tu cantidad para el siguiente mes usando tu gasto real.
  • Si la diferencia absoluta es de menos del 35%; utiliza tu misma estimación para el siguiente mes y observa si el patrón de diferencia continúa. Después de dos o tres meses de observar una diferencia similar puedes ajustar tu cantidad.

Por ejemplo:

Si para alguna categoría tu predicción fue $1000, pero tu gasto real fue $1400 tienes una diferencia de +40%. Si tu gasto real fuera de $600, tienes una diferencia de -40%.

En ambos casos tu diferencia absoluta (es decir, sin tomar en cuenta si te pasaste o te quedaste corto) es mayor de 35%. Entonces puedes usar tu gasto real como nueva predicción; siempre y cuando no haya algún motivo extraordinario que explique la diferencia.

Importante: ¿Qué hacer con el dinero “sobrante”? Si durante el mes te quedó algo de efectivo sin gastar aplica la siguiente regla: Si no has iniciado tus ahorros, ahorra el dinero extra. Si tienes deudas, has pagado lo que te toca y algo más pero durante el mes no gastaste en algo para ti mismo, gástalo en algo que te guste. Si tienes deudas, pero has pagado sólo lo mínimo, abónalo a tus deudas.

Paso 7 – Disfruta de tener el control de tus finanzas

Este proceso puede parecer complicado, especialmente sin nunca has utilizado consistentemente un presupuesto antes. Pero si logras desarrollar el hábito y reservar esos cortos momentos de tus fines de semana, comenzarás a notar que se reduce la ansiedad causada por no saber a dónde va tu dinero y te sentirás mejor.

Por otro lado, tu presupuesto deberá ser siempre tu primer filtro para decidir si haces una compra o no. Retrasa cualquier decisión de compra hasta el fin de semana más próximo para que puedas evaluar el resto de tus finanzas y decidir si el gasto te conviene.

Si experimentas resistencia o te encuentras inconscientemente posponiendo tus revisiones semanales/mensuales, trata de asociar esta actividad con algo placentero. Por ejemplo, tómate los 15 minutos para disfrutar una taza de tu té favorito mientras revisas tus recibos. O escucha tu música favorita. O haz que tu pareja te dé un masaje de pies mientras lo haces. 😉

Espero que con este proceso logres iniciarte en la sana práctica de administrar tus finanzas.

La mejor forma de saber si este artículo te resultó útil es que me lo cuentes abajo en la sección de comentarios. También será muy útil si compartes tus propios métodos de hacer un presupuesto para que otros lectores se beneficien. ¡Gracias!