Cómo Gastar sin Sentir Culpa

Creo que uno no necesita tener muchísimos problemas de dinero para necesitar controles de finanzas personales. Pero sí creo que no todos necesitan el mismo grado de control para sus finanzas.

Esto es cierto, por ejemplos, para personas solteras o parejas sin hijos que llevan un estilo de vida suficientemente simple y/o predecible. Opuesto a, por ejemplo, una familia con varios hijos o alguien que está atravesando un período difícil en sus finanzas.

Para estos casos, hay una técnica que permite establecer un mínimo control de gastos que les permite tener cierta cantidad libre de dinero que pueden gastar sin culpa ni ansiedad.

¿Cómo? 2 puntos clave: consolidar y automatizar

Consolidar

Consolida todas tus salidas de dinero en uno o dos días (preferiblemente un fin de semana). Ejecuta todo este día. Por ejemplo, pagos de tarjetas de crédito, servicios básicos, supermercado, colegiaturas, cortes de cabello… todo lo que puedas.

Algunos gastos quedan fuera de este alcance; por ejemplo, no puedes comprar por adelantado toda la gasolina que necesitas en el mes. En tales casos, aparta el dinero que necesitarás en todo el mes. La forma de hacerlo depende de tus gustos. Podría ser en un sobre etiquetado o en un frasco o incluso una cuenta bancaria separada.

Recuerda que cualquier meta de ahorro o inversiones deben ser tomadas en cuenta durante este fin de semana.

Automatiza

Cuando ya tienes todo consolidado automatiza la mayor cantidad de gastos/pagos. Muchos bancos ofrecen servicios de pago automático de servicios básicos y tarjetas de crédito. Otros servicios por suscripción como gimnasios ofrecen también cargos automáticos. Durante tu fin de semana financieros, únicamente verifica que se hayan realizado sin problema los pagos.

Si utilizas una cuenta separada para los gastos dispersos durante el mes —como el de la gasolina— en algunos bancos puedes programar una transferencia automática.

Disfruta el resto

El resto de tu dinero y el resto de tus fines de semana.

Si te enfocas en consolidar y automatizar en un sólo fin de semana al mes, tendrás el resto del tiempo —y dinero— libre para usarlo como quieras, eliminando cualquier sentimiento de culpa o ansiedad porque no sabes si puedes o no gastar en cualquier momento.

Reducir Gastos

Como consecuencia, será mucho más fácil reducir gastos una vez que los tengas consolidados de esta forma. Si están dispersos por todo el mes será difícil que puedas tomar decisiones sobre dónde y cómo reducir gastos.

Tu Tarea

Tu tarea de hoy será implementar determinar si es posible Consolidar y Automatizar tus finanzas para tener más paz mental. Cuéntanos en los comentarios tus resultados o tu experiencia pasada si ya has hecho algo similar.

Recuerda, Consolidar y Automatizar.

Atención Hipócritas

Hace unos días me puse al día con uno de mis blogs favoritos sobre Finanzas Personales: I Will Teach You To Be Rich de Ramit Sethi.

Me topé con que el mismo día en que publiqué “7 Errores que tus Amigos Cometen en sus Finanzas Personales“, él publicó un artículo sobre la misma línea de pensamiento llamado “Atención Hipócritas Fastidiosos: Dejen de Juzgar los Hábitos Financieros de sus Amigos“.

Si no lo has hecho aún, lee sobre los 7 errores para que estemos en sintonía.

La idea detrás de mi artículo era ofrecer una “carnada” para esa parte de nuestra mente (porque aceptémoslo, todos lo hacemos) que gusta de juzgar a otras personas por sus errores. La intención era hacerte pensar en algún amigo o familiar y que fueras identificando uno a uno los errores que ellos cometen. Al final, llega la revelación de que muchos de estos errores probablemente los estés cometiendo tu también, pero resulta más difícil de notar en uno mismo.

El artículo de Ramit, está lleno de excelentes ejemplos y menciona las bases psicológicas de este comportamiento. Pero lo más interesante es que señala un error de juicio muy simple (y por lo tanto es fácil caer en él) por el que juzgamos los gastos de otras personas como “exagerados” o “desconsiderados” o simplemente “tontos”:

Vemos los gastos de un amigo (porque es lo más visible) y los juzgamos en términos de nuestra situación financiera. Sin tomar en cuenta otros factores como:

  • ¿Tu amigo tiene mayores ingresos que tú? Y por lo tanto, ¿qué *porcentaje* de sus ingresos representa el gasto?
  • ¿Qué edad tiene tu amigo y qué edad tienes tú?
  • ¿Cuáles son las metas a largo plazo de tu amigo? ¿este gasto interfiere en sus metas o no?
  • ¿Era un gasto 100% consciente y planificado?

Pero aún cuando conozcas estas respuestas, ¿cuál es la verdadera utilidad —si es que existe alguna— de juzgar los hábitos financieros y compararte con otras personas?

Y precisamente esa última parte sobre compararte sobre otras personas —en general, en contraste de compararte con un amigo específico— será el tema del próximo artículo. Algunos lectores ya han expresado su opinión en este comentario en la página de Facebook. ¡Agrega el tuyo! 😉

Y si tienes tiempo, lee el artículo de Ramit y comenta qué te pareció!

#MF20 Día 7: Analizando tus Gastos

Ayer creaste una serie de metas específicas para lograr este año en relación a tus finanzas. En la actividad de hoy, analizarás tus gastos tomando en cuenta esas metas para que tú mismo/a decidas qué cambios son necesarios para lograrlas.

Analizando tus gastos

De nuevo, en una hoja de papel (o electrónica) lista tus gastos para este año. Puedes usar como base el listado de gastos de tu Estado de Resultados, pero asegúrate de agregar cualquier gasto nuevo y eliminar los que ya no vayas a tener.

En este paso, puedes obviar los gastos que tienes de pago de deudas porque lo importante es entender la importancia real de cada uno de tus gastos en relación a tus metas. Para esto, reordenarás tu lista de gastos de una forma especial.

¿Cómo la reordenas? Mira cada gasto en tu lista y piensa en qué tan importante es para lograr las metas que estableciste ayer. ¿cómo te hace sentir haber gastado en cada categoría? ¿preferirías haber utilizado tu dinero en una categoría diferente?

Selecciona el gasto más importante para cumplir tus metas y escribe un número uno al lado. Luego, selecciona el más importante del resto de gastos y escribe un número dos. Sucesivamente, marca todos tus gastos hasta que todos tengan un número a su lado que denota su importancia relativa. A continuación, reescribe la lista con el nuevo orden de importancia.

El objetivo es que al final tengas una lista que comience con el gasto más importante y esencial para cumplir tus metas, y termine con el menos importante (y por lo tanto, el más fácil de reducir).

Esto puede tomar un tiempo pero vale la pena. Es probable que te topes con dos gastos entre los que no puedes decidir cuál es más importante. Esta bien si los ves con el mismo nivel de importancia, lo esencial es que tengas una idea general de qué tan relevantes son para tus metas.

¿Qué puedes reducir?

Ahora que ya tienes tu lista ordenada por importancia, viene una de las tareas más importantes de todo el programa.

Aquí es donde decides qué en qué cosas dejarás de gastar porque no te ayudan en nada a alcanzar tus objetivos. En otras palabras, eliminarás gastos superfluos que únicamente sacan dinero de tu bolsa pero no te devuelven nada.

Para esto, comienza de abajo hacia arriba y responde: ¿como te sentirías si eliminas al 100% este gasto? ¿habrían serias consecuencias si lo elimino o simplemente me sentiría incómodo/a? ¿Este gasto es un gusto o una necesidad? ¿Es más importante cumplir mis metas cuanto antes o mantener este gasto?

Al responder estas preguntas es muy probable que encuentres mucha resistencia interna hacia realizar un cambio. Pueden surgir muchas justificaciones para mantenerlo, pero debes analizar ¿cuál es el origen de esas justificaciones?

Por ejemplo, ¿qué pasaría si estás analizando tu categoría de gastos “Salidas al cine”? Podrías decir que el entretenimiento es una necesidad humana y que, de hecho, te ayudará a mantenerte motivado/a para cumplir tus metas. Y tendrías toda la razón, pero ¿ir al cine es la única forma de entretenimiento? ¿hay alguna forma en que puedas entretenerte sin gastar ese dinero? Si no quieres eliminar por completo ese gasto, ¿al menos podrías reducirlo?

Y en lugar de “salidas al cine” puede ser cualquier cosa. Los pagos de tu televisor/auto/juguete nuevo, televisión por cable, comidas fuera, regalos, ropa, zapatos, joyas, etc. Cualesquiera que sean tus decisiones en cuanto a tus gastos, lo más importante es que estés consciente de que estás decidiendo hacer cambios para cumplir tus propias metas.

¡Y eso es todo por hoy! ¿Qué te ha parecido la actividad de hoy? ¿Cuáles son los gastos que más difíciles consideras de reducir? ¡Cualquier pregunta o comentario es bienvenido!

¿Terminaste? Sigue con la siguiente tarea. ¿No sabes qué es MF20? Puedes leer más aquí.

¿Quién debería pagar la cita?

Este es un tema que surgió recientemente en los foros y que luego surgió en una reunión de negocios. ¿Quién debería pagar la cuenta en una cita? ¿el hombre? ¿la mujer? ¿quien hizo la invitación? ¿cada quién paga lo suyo?

¿Alguna vez te habías puesto a pensar detenidamente en esto? ¿Cuál es tu opinión?

Antes de compartir mi opinión al respecto me gustaría saber qué piensan ustedes. En los foros Javier García mencionó que este es un problema serio. Y estoy totalmente de acuerdo en que puede serlo, pero no tiene que serlo. 😉

Así que adelante, deja tus respuestas en los comentarios ¿quién crees que debería pagar la cuenta? y ¿por qué?

¿Gastar o no gastar? Esa es la cuestión.

¿Cómo puedes saber si financieramente tiene sentido hacer un gasto?

Cuando estás iniciando a tomar control de tus finanzas, cuando estás iniciando tu fondo para emergencias, pagando deudas o simplemente cuando obtuviste tu primer empleo, es común que tengas que evaluar si una compra es buena idea o no.

Para muchas personas basta con decir “si tengo suficiente dinero en este momento para pagarlo, esta bien” o “si puedo dar el pago inicial y me alcanza para las mensualidades, está bien”, o peor aún, “si el límite de mi tarjeta de crédito lo paga, esta bien”.

Pero ¿es cierto?

En realidad, todo depende de tus metas. No sólo tus metas financieras sino las metas que tengas para tu vida en general.

Si tienes metas claras a mediano y largo plazo, debería ser sencillo saber si un gasto te ayudará a alcanzarlo o será un obstáculo. Pero la mayoría de personas ni siquiera ha decidido cuáles son sus metas financieras o de vida en el largo plazo. En tales casos sus metas son, por defecto, gastarse todo el dinero que tengan en el menor tiempo posible.

Estas son algunas preguntas que puedes hacerte para determinar si vale la pena realizar un gasto:

¿Ayudará a reducir gastos?

Muchas veces realizar un gasto ahora puede traer beneficios después. Por ejemplo, remplazar algún electrodoméstico que está dañado y es necesario. O cambiar alguna pieza de tu automóvil para que consuma menos gasolina/aceite/agua, etc.

Siempre y cuando la reducción sea mayor que los nuevos gastos en los que puedas incurrir por tu compra, tiene sentido

¿Ayudará a aumentar ingresos?

En otras ocasiones algunos gastos te servirán para aumentar tu capacidad para generar ingresos. En el artículo 7 ( u 8 ) Formas de Aumentar tu Productividad mencioné algunos ejemplos.

En este caso es mejor que sepas específicamente cómo te va a ayudar hacer este gasto para aumentar tus ingresos. Cosas como “pagaré por este curso por si alguna vez necesito saber cómo programar sitios Web” no son suficientes. Debes estar convencido/a de que comenzarás a utilizar tus nuevas habilidades para generar ingresos. Si no sabes exactamente cómo y cuándo un gasto comenzará a rendir frutos, es muy probable que sea simplemente un capricho.

¿Ayudará a lograr tus metas de ahorro?

Independientemente de cuál sea el motivo por el que estás ahorrando (crear un fondo de emergencias, comenzar a hacer inversiones, comprar una casa, etc.) tu meta de ahorro debe ser más importante que los gastos pequeños potencialmente innecesarios. Simplemente porque tu meta de ahorro es para el largo plazo deberás valorarla más que pequeños gastos que no cumplen con las primeras dos preguntas.

¿Estaba planificado?

Quizás más importante que las otras preguntas, ¿habías planificado hacer este gasto o es un algo impulsivo? ¿realmente es una oportunidad única que no puede esperar hasta que tengas suficiente dinero para comprarlo?

Gran parte de la publicidad está orientada a hacerte creer que cada compra vale la pena aunque no lo tengas planificado. Sin embargo, ¿cómo te sentirás después de varios meses después de haber hecho la compra? ¿Te habrás endeudado por un capricho?

Esto no significa que no puedas gastar en algunos caprichos de vez en cuando, pero deberías estar tomando en cuenta esos caprichos en tu presupuesto y saber qué tantos caprichos realmente puedes pagar sin sacrificar tus metas a largo plazo.

¿De qué otras formas podrías saber si un gasto vale la pena o no? ¡Comparte tu experiencia en los comentarios! 😉

Economía Personal en 3 Oraciones

Aunque hay mucho que escribir sobre Finanzas Personales, realmente es un tema muy simple. Y muchas veces, nos perdemos en todas las posibilidades que existen. Vemos los árboles, pero no vemos el bosque.

En cuanto a la Economía Personal, creo que todo se puede reducir a:

  1. Reduce tus gastos al mínimo, de modo que gastes menos de lo que ganas.
  2. Aumenta tus ingresos al máximo, de modo que crees una buena diferencia entre tus gastos e ingresos.
  3. Utiliza la diferencia para reducir aún más tus gastos, o aumentar aun más tus ingresos.

Gráfica de Barras de Ingresos, Gastos y Diferencia

Por supuesto, esto es tan básico que seguramente ya lo sabías. Entonces ¿por qué lo menciono?

Tengo varias razones.

Una de ellas es que para muchas personas, un recordatorio sencillo de los fundamentos es más poderoso que un montón de detalles específicos. Otra razón, es porque algunas veces puedes sentirte desesperado/a porque ya no sabes ni por qué estás limitando tus gastos. Olvidas por qué te estás esforzando tanto en aumentar tus ingresos. Y una razón más, es que muchas personas experimentan resistencia a poner en orden sus finanzas porque creen que es muy complicado, cuando en realidad no lo es.

Es saludable, de vez en cuando, dar un paso atrás y poner las cosas en perspectiva. Además, me gusta hacer gráficas como la de arriba. 😉

Un Ejercicio Simple para Determinar tu Situación Financiera

Hoy quiero que hagas un pequeño ejercicio de cálculo conmigo. Es realmente simple.

Primero, escribe en un papel o en un archivo Excel (o tu programa preferido!) los siguientes tres datos:

  1. Tus ingresos mensuales aproximados (podría ser cero)
  2. El total de tu Cuenta de Ahorro para Emergencias (podría ser cero)
  3. Tus gastos mensuales aproximados (dudo mucho que sea cero)

Segundo, realiza la siguiente operación:

(Ingresos + Ahorro para Emergencias) / Gastos Mensuales

Tercero, como este es un cálculo muy simple seguramente ya sabes lo que significa el resultado.

El resultado es la cantidad de meses que podrías cubrir tus gastos si tus ingresos se fueran al caño. Puede ser que te despidan, que te quedes sin negocio o incluso que tus padres no puedan mantenerte más.

¿Cómo te hace sentir el resultado que obtuviste? ¿Sientes que te abre los ojos? ¿Ya te lo esperabas? ¿Te sientes cómodo/a con tu resultado?

El propósito de este ejercicio no es que te asustes. Todo lo contrario. El propósito es motivarte a que si el resultado que obtuviste no te satisface, ¡comiences a tomar acciones hoy mismo para mejorarlo!

Si quieres, comparte en los comentarios el resultado que obtuviste y cómo te hizo sentir. 😉

El “Factor Latte”

El “Factor Latte” es un concepto originado por el autor David Bach para evaluar cómo pequeñas cantidades de dinero gastadas a diario pueden hacer una diferencia real en tus finanzas. En este caso, el Factor Latte se refiere al gasto que una persona hace al comprar un café “latte” todos los días.

En cálculos simples, asumiendo que un latte cuesta unos $2 y consumes 1 cada día en la oficina, al año estarías gastando $520. Si invirtieras ese dinero a una tasa de interés del 6%, después de 20 años tendrías un capital de aproximadamente $19,134.00.

Esto asume que el precio del latte, o mejor dicho, las contribuciones a tu inversión se mantendrán fijas a lo largo de los años. Sin embargo, el precio del latte subirá, por lo que deberías subir tu aporte a la inversión también.

Por otro lado, tomar un café diario seguramente puede tener efectos negativos en tu salud. Y este análisis no toma en cuenta los gastos médicos que no tendrías que realizar gracias a tu sistema nervioso libre de cafeína.

El “Factor Latte” es una forma poderosa de ver en blanco y negro un concepto más general como el de cambiar tus hábitos costosos.

De hecho, si no eres consumidor de café, puedes reemplazar el latte por cualquier otro hábito que te cueste cantidades pequeñas de dinero de forma recurrente. ¿Cigarros? ¿Gaseosas durante el almuerzo? ¿Donas?

La mejor forma de controlar un hábito de esta naturaleza es rastrear sus efectos por un tiempo y darte cuenta de lo que estás perdiendo por mantener este hábito. Pero no basta con ver el resultado de tu cálculo. Realmente medita sobre lo que estás perdiendo. No sólo financieramente sino en tu salud, en las relaciones con otras personas, en tu espiritualidad, etc. ¿Qué valor agregan estos hábitos a tu vida? ¿Qué valor le restan estos hábitos a tu vida?

6 Pasos Para Cambiar Hábitos Costosos

Una de las formas más poderosas de reducir tus gastos personales es cambiando o eliminando aquellos hábitos que te hacen gastar innecesariamente. Pero, cambiar tus hábitos no es tan fácil como parece, ¿cierto?

Hoy al terminar una rutina de resistencia en el gimnasio regresó a mi mente una metáfora que tengo muy presente. Cualquier reto al que te enfrentes en tu vida, se puede comparar con el levantamiento de pesas o ejercicios de resistencia. Así que, ¿cómo puedes crear un gimnasio para cambiar esos hábitos que causan fugas de efectivo en tu vida?

Levantamiento de pesas.
Los expertos hacen que parezca fácil. Foto por Jon Tunnell

1. Descubre y acepta tu situación actual

Lo primero que debes hacer cuando comienzas a hacer ejercicios de resistencia es evaluar cuál es el estado actual de tus músculos. En algunos gimnasios te harán pruebas complejas de resistencia cardiovascular, postura y otro montón de cosas. Pero básicamente lo que te interesa saber es ¿qué tan fuertes/débiles son tus músculos en este momento?

Para tus finanzas, debes evaluar exactamente a dónde se va el dinero y detectar cuáles son los hábitos que quieres cambiar para atacarlos directamente. No basta con decir “Quiero reducir mis gastos en 10%”, tienes que saber, con la mayor precisión posible que gastos vas a recortar. “Dejaré de comer fuera todos los días” o “Lavaré el automóvil en casa, en lugar de pagar por que lo hagan”, etc.

Importante: no te mortifiques juzgándote negativamente por su situación actual. Los “inadecuados” son tus hábitos, no tú como persona. De la misma forma en que tus músculos son débiles, no tú como persona.

2. Aumenta la resistencia gradualmente

En el entrenamiento de resistencia buscas levantar pesos que tus músculos sí puedan manejar, pero que estén cerca del límite de su capacidad. De esta forma, el rango de pesos que puedes levantar se expande. Entonces, puedes aumentar el peso porque el límite de su capacidad ha crecido. No es buena idea que el primer día en el gimnasio intentes levantar el peso más pesado que encuentres.

De la misma forma, si quieres cambiar tus hábitos debes ir aumentando la dificultad progresivamente. Por ejemplo, si quieres dejar de comprar tu almuerzo todos los días y comenzar a prepararlo en casa para llevarlo a tu trabajo, comienza llevando tu almuerzo una vez por semana. La siguiente semana, hazlo dos días. La tercera, tres; etc.

3. No te quedes en tu “zona cómoda” mucho tiempo

Es probable que conforme vayas aumentando al dificultad al cambiar un hábito, falles en alguna etapa. Lo mismo pasa cuando haces ejercicio de resistencia. Llega un momento en el que tus músculos fallan. Es momento de descansar.

Cuando estás cambiando tus hábitos para reducir tus gastos, puede suceder lo mismo. Retomando el ejemplo anterior, si en determinada semana no cumples con la cantidad de días que debías preparar tu almuerzo, no te preocupes. Repite esa semana varias veces hasta que te sientas “cómodo/a”. Entonces, aumenta de nuevo la dificultad y sigue avanzando.

4. Lleva un registro de tu avance

Una práctica muy común de quienes hacen levantamiento de pesas profesionalmente es documentar su avance detalladamente. Por medio de medidas detalladas o incluso fotografías, pueden fácilmente comparar su estado actual contra su estado hace 6 meses.

Como el objetivo de cambiar tus hábitos es ahorrar dinero, lo mejor que puedes hacer es registrar cuánto dinero has ahorrado gracias a los cambios que estás haciendo. Incluso, podrías apartar ese dinero que estás ahorrando para un gasto específico que tengas en mente. Si no haces visible de alguna forma tu avance, puedes frustrarte y pensar que no estás obteniendo resultados.

5. Busca apoyo moral

Es común que en los gimnasios veas a personas entrenando en parejas o grupos. Esto tiene varias ventajas. La principal es que se dan apoyo mutuo cuando la rutina se torna difícil. Otra ventaja es que tienes con quien platicar mientras descansas un poco 🙂

Si quieres cambiar hábitos en tu vida para reducir tus gastos, es importante que cuentes con el apoyo de tus familiares, amigos y/o compañeros de trabajo. El entorno en el que te desenvuelves puede impactar grandemente tus esfuerzos, para bien o para mal. Pasar mucho tiempo con gente negativa o que refuerza tus viejos hábitos hará más difícil el camino.

No te sientas mal si tienes que “despedir” a alguien en tu vida para poder realizar un cambio. Por ejemplo, si quieres dejar de fumar es más provechoso alejarte de las personas con quienes normalmente compartes “la hora del cigarrito”. Algunos seguramente se sentirán ofendidos por tu actitud, pero no hay ningún honor en mantener viva una relación que te perjudica. En todo caso, estás ayudando a otras personas con tu ejemplo.

6. No te compares con otros

Si te comparas con otras personas siempre encontrarás que hay quienes están en una mejor posición que tú, y quienes están en una peor posición que tú. No tiene sentido que hagas este tipo de comparaciones porque no te ayudan a seguir avanzando. Lo más probable es que te frustres.

Por esto, una de las razones más importantes por las que debes llevar un registro de tu avance es que te permite saber cuánto has avanzado desde que iniciaste a cambiar tu hábito. ¿Cuánto dinero has ahorrado? ¿Cuánto más podrías ahorrar?. Y te ayuda a enfocarte en ti mismo/a y no en otras personas.

Reducir Gastos vrs. Aumentar Ingresos (Parte I)

La base para que tus finanzas sean saludables es que tus ingresos sean mayores que tus gastos y que hagas algo productivo con la diferencia. Esto siempre es así, pero ahora que estamos en “crisis” cobra mayor importancia.

Es evidente que sólo hay dos formas de lograr que tus ingresos sean mayores que tus gastos:

  • Reducir tus gastos
  • Aumentar tus ingresos

En la primera parte de este artículo exploraré las diferentes formas de reducir tus gastos y algunos beneficios de reducir tus gastos que no son tan evidentes. En la segunda parte, exploraremos las formas de aumentar tus ingresos.

¿Listo/a? Comencemos con las formas en las que puedes reducir tus gastos:

Frugalidad

La forma más común de reducir los gastos personales es tomando una actitud frugal. Es una actitud bastante inteligente siempre y cuando no se lleve al extremo. Esta bien usar cupones del supermercado y aprovechar las ofertas y descuentos, pero al llevarlo al extremo puede ser contraproducente. Probablemente no sea buena idea gastar más en gasolina por viajar hasta la gasolinera que tiene el mejor precio.

También sería una mala decisión utilizar tu tiempo en tareas que podrías pagar por que alguien más las haga o posponerlas hasta otro momento. Esto es especialmente importante si puedes utilizar el tiempo libre extra para aumentar tus ingresos. Lo más importante aquí es tener un buen juicio.

Compras Inteligentes

Esto es en cierta forma, parte de una actitud frugal. Uno de los errores más comunes cometidos en nombre de la frugalidad es sacrificar la calidad por el precio, en contra de la conocida regla de que “lo barato sale caro”.

Es muy dificil hacer una compra efectiva cuando uno quiere encontrar un balance entre calidad y precio. Mi recomendación es que siempre que puedas te limites a comprar lo más barato, si no te importa la calidad (por ejemplo, si quieres comprar algo que sólo utilizarás una vez o para salir del paso) o compra lo de mejor calidad sin importar el precio (si lo que quieres es comprar algo que te dure mucho tiempo o no quieres aceptar las consecuencias de comprar algo de mala calidad).

Si no puedes pagar por la mejor calidad, es mejor esperar. Ahorra el dinero para hacer tu compra o aumenta tus ingresos para poder pagarlo. Pero no sacrifiques la calidad. Al final de cuentas terminarás pagando más reponiendo objetos de mala calidad con mayor frecuencia.

Elimina tus Deudas

Otra forma común de reducir tus gastos es eliminando tus deudas al máximo para evitar los gastos asociados a ellas. Especialmente las deudas que has utilizado para pagar cosas que no generan ningún ingreso. Hay diferentes formas de pagar tus deudas, escoge una y ¡acaba con ellas!

Reduce tus gastos… gastando

Sí, reduce tus gastos imprevistos gastando en adquirir un seguro que te cubra en accidentes, enfermedades, robos, etc. O crea un fondo con el que puedas cubrir gastos grandes que no ocurren siempre, como vacaciones, el pago inicial de un automóvil, etc.

Por ejemplo, crea un fondo de emergencia para tus gastos personales en caso de que no tengas ingresos. Esto es especialmente importante si tus ingresos son variables porque trabajas por tu cuenta.

¿Qué beneficios tiene reducir tus gastos?

Es evidente que reducir tus gastos tiene beneficios. Lo que no siempre es evidente es que el impacto que puede tener en tu vida reducir tus gastos va mas allá de tus finanzas. Reducir tus gastos puede…

  1. Eliminar el estrés. Esto surge principalmente cuanto pagas tus deudas y creas fondos de especiales para gastos grandes. Si logras eliminar la preocupación que te causan estas situaciones, podrás enfocarte mejor en aumentar tus fuentes de ingresos.
  2. Formar nuevos hábitos. Para muchas personas reducir los caprichos o pagar las deudas puede ser una tarea complicada porque les resulta dificil mantenerse en el camino correcto. Puedes ver tus gastos y deudas como una oportunidad para mejorar tu vida al desarrolar la disciplina necesaria para sobreponerte a todo tipo de obstáculos. Puedes compararlo con las pesas en un gimnasio. Es dificil levantarlas, pero lo importante no es únicamente levantarlas sino hacerte más fuerte en el proceso.
  3. Estimular tu creatividad. Cuando limitas las cosas que comprarás te enfrentarás con situaciones que tendrás que resolver sin utilizar dinero. En lugar de comprar los adornos de navidad los puedes fabricar tu mismo y convertirlo en una actividad familiar. En lugar de comer fuera los fines de semana, puedes aprovechar para enseñarles a tus hijos las recetas familiares… o probar la comida vegetariana.
  4. Salvar al planeta. Existen muchas alternativas de consumo que al mismo tiempo ayudan a proteger la isla en la que vivimos. Desde cosas simples como reutilizar hojas impresas aprovechando el lado en blanco, hasta utilizar energía solar para la energía de tu casa. O cambiar tu automóvil.

En la segunda parte de este artículo veremos las formas en que puedes aumentar tus ingresos o crear fuentes nuevas de ingresos. Mientras tanto te invito a que compartas en los comentarios ¿cuál ha sido tu experiencia reduciendo tus gastos personales? ¿qué te resulta fácil y qué te resulta dificil? ¿has identificado otras formas de reducción de gastos? ¡Gracias!