Cómo Negociar un Aumento de Sueldo

Así que quieres negociar un aumento a tu sueldo pero no sabes cómo entrarle a la situación.

A continuación te presento 9 consejos para aumentar tus posibilidades de conseguir ese aumento que buscas.

Nota que esta es una guía para cuando quieres negociar un aumento de sueldo con tu empleador actual. En los próximos días publicaré una guía específica para cuando quieres negociar un sueldo con un empleador nuevo si te estás cambiando de trabajo.

Sin maś introducción, los 9 consejos:

1. Pide un aumento porque sabes que lo mereces, no porque lo necesitas.

Una negociación de sueldo debe enfocarse en el valor que le das a la empresa. El hecho de que hayas cambiado de automóvil y ahora necesitas más dinero para pagarlo es irrelevante para el intercambio de valor que sucede con tu trabajo. Si te endeudaste de más y ahora necesitas más dinero para pagar tus deudas también es irrelevante para tu empleador. Él no te paga para que puedas pagar tus deudas.

De la misma forma, no permitas que la negociación se vuelva sobre si lo necesitas o no. Para tu empleador es irrelevante para qué quieres tu aumento, lo importante es que si vas solicitar un aumento debe haber un aumento en el valor que tu empleador percibe que estás generando.

2. Recuerda que estás negociando el valor de tu trabajo, no tu valor como persona.

Para muchas personas su salario tiene una gran importancia en su identidad como persona. Esto es sumamente problemático. Es cierto que tu trabajo es una forma de expresión al final de cuentas, y seguramente le pones mucho empeño, pero esto no significa que si no te dan un aumento, valgas menos. Hay muchas razones por las que puede ser que no te ofrezcan un aumento, que no tienen nada que ver con tu valor intrínseco.

3. No compares tu sueldo con el de tus compañeros de trabajos.

Esto es una extensión de las primeras reglas. La peor razón para justificar un aumento es “porque a Fulano le pagan más”. Eso también es irrelevante. Enfócate en el valor de tu trabajo para la empresa. Si llevas la negociación por este rumbo, fácilmente te pueden decir “¡Pues a Mengano le pagamos menos!”.

4. Entra a la negociación con un rango.

Ahora, en consejos más prácticos, lo primero que debes hacer es establecer un porcentaje o monto al que te gustaría que te aumenten. Por ejemplo, 20%.

En base a este porcentaje desarrolla un rango donde el límite inferior es lo menos que estarías dispuesto/a a aceptar, por ejemplo, 15%. Y el límite superior es un aumento que consideres que es posible obtener. Por simplicidad podrías aumentar lo mismo que restaste para el límite inferior, en este caso, como restaste 5% para tu límite inferior, podrías sumar 5% y tu límite superior es 25%.

Este rango es lo que da lugar a la verdadera negociación.

5. Lleva un registro de tus logros y aportes a la empresa.

Recuerda que tu negociación es sobre el valor que aportas. Es posible que la persona con quien negocies necesite un pequeño recordatorio de las mejores cosas que has aportado a la empresa, por eso es importante que lleves algún tipo de registro de proyectos terminados, clientes adquiridos o cualquier otra instancia en la que tú sepas que tu trabajo haya sido importante para la empresa.

También ten presente todas los aportes “extras” que haces a la empresa fuera de la descripción de tu puesto. Tal vez eres a quien todos tus compañeros hacen preguntas técnicas y les ayudas con su trabajo, eso se llama liderazgo. O tal vez has hecho propuestas de mejoras al ambiente laboral que han beneficiado a otros, etc.

6. Deja que sea tu empleador el que haga la primera oferta.

Una vez en la negociación, debes mencionar que quieres discutir tu sueldo, pero evita a toda costa decir cuál quieres que sea tu aumento. Esta es una vieja regla de todo negociador, el primero que revela sus cartas tiene menos poder en la negociación.

Lleva la conversación por el camino de cuál es el valor que tu empleador le da a tu trabajo. Puedes preguntar abiertamente con quien estés negociando: “¿Para usted cuál es el valor que tiene mi trabajo?” Trata de mencionar algunas de las cosas de tu lista del punto anterior y pregunta con honestidad y de forma natural a tu jefe, cuánto valora esos aportes.

Si te presiona para que tu des un número primero y realmente no va a avanzar la negociación si no lo haces, haz esto: di un número ridículamente alto. Di algo que se note que es una broma pero que sea un gran número. Di algo como, 5 millones de dólares. Luego, di de forma casual el límite superior de tu rango, y luego insiste en que sea la otra persona la que te hable de cuánto valora tu trabajo.

Esta técnica se llama “anclar” la negociación. Lo más probable es que tu jefe, al igual que tú, también tenga un rango al que estaría dispuesto a aumentarte. El valor alto que dijiste al principio hace su mente se enfoque más en los valores superiores de su rango.

7. Busca el momento oportuno para negociar.

Por ejemplo, si sabes que la empresa acaba de perder a uno de los clientes más grandes que tiene, probablemente sea un mal momento para negociar un aumento.

Por otro lado, si sabes que la empresa acaba de adquirir un gran cliente, o está comenzando a crecer sustancialmente, probablemente sea un buen momento para negociar un aumento. Si acaba de terminar un negocio o proyecto importante para la empresa, y tu fuiste parte importante de dicho proyecto, es el momento perfecto para negociar un aumento.

Debes ponerte siempre en los pies de la otra persona y tratar de ver el entorno como ella lo ve.

8. Se abierto a la posibilidad de recibir el aumento en beneficios y no en dinero.

Las empresas, como las personas, pueden tener problemas financieros temporales. Puede ser que tu empleador sí quiere darte un aumento pero sinceramente no están en la capacidad financiera para dartelo (todavía). O puede ser que a ti mismo/a te interesarían más otros beneficios en lugar de sólo el aumento monetario.

Por ejemplo, podrías negociar cambios en tu horario de trabajo, beneficios de salud, seguros, etc.

9. Prepárate para abandonar la negociación.

En cualquier negociación a la que entres debes estar dispuesto/a a la posibilidad de que no haya trato. Siempre, siempre, siempre es una opción que debes estar preparado/a a aceptar.

La forma más común de crear esta salida, es tener otra opción de empleo con un salario como el que quieres. Esto, por supuesto, implica que antes de entrar a la negociación de aumento de sueldo buscaste otro empleo y ya tienes una oferta a la vista (mañana hablaremos sobre cómo negociar esa otra oferta).

Algo que quisiera mencionar es que buscar otro empleo no es algo malo. Parece algo evidente, pero muchas personas sienten como si estuvieran traicionando a la empresa por buscar otro empleo. O creen que es una manipulación presionar la negociación con una alternativa. Pero la verdad es que eso no tiene absolutamente nada de malo o inmoral o antiético. En todo caso es lo más lógico y racional. Todas las negociaciones, a todo nivel, se ven beneficiadas al tener alternativas. Incluso tu empleador, cuando te contrató, no fuiste la única persona a la que evaluó. Tenía otras opciones y eso lo hace tener su cuota de poder en la negociación. Es algo natural.

Por supuesto, no es fácil siempre tener una oferta alternativa de empleo para negociar un aumento. En ese caso la salida puede ser que acuerdes con tu empleador que no recibirás el aumento ahora pero que revisitarás el tema en un mes.

Consejos Extras

Para terminar, un par de consejos extras que pueden beneficiarte no sólo en una negociación de aumento de sueldo, sino en cualquier negociación:

1. Aprende a leer a las personas. Esto es una combinación de hacer las preguntas correctas y sabes escuchar. Habla bastante con tu jefe para saber cuáles son los valores que espera que muestres en tu trabajo (idealmente éstos están alineados con tus propios valores) y entonces enfócate en mostrar tu valor de esa forma. Recuerda que todos los humanos tenemos motivaciones emocionales y no siempre somos 100% racionales.

2. Practica. Consigue dos o tres amigos/familiares con quienes puedas practicar tu negociación. Pídeles que hagan las veces de tu jefe y siéntate con ellos a negociar como lo harías con tu jefe. Incluso es bueno, si es posible, que te filmes hablando para afinar los detalles como tu postura, la confianza con la que hablas, etc.

¿Cuál ha sido tu experiencia?

¿Has tenido alguna experiencia positiva negociando un aumento? ¿O lo has intentado y no ha funcionado muy bien? ¿Qué otros consejos tienes para alguien que quiera negociar?

¡Comparte tus experiencias en los comentarios!

La Diferencia entre Estabilidad Laboral y Seguridad Financiera

La razón #1 por la que deberías renunciar a tu empleo (al menos según este artículo) es que tener un empleo es más arriesgado que trabajar por tu cuenta.

Esto suena contra-intuitivo para la mayoría de personas. Lo más común es equiparar la estabilidad laboral con seguridad financiera. Pero de hecho, al analizar detenidamente la situación y evaluar el riesgo de perder tus ingresos, se puede concluir lo opuesto: Depender de un empleo es mucho más arriesgado que trabajar por tu cuenta o tener un negocio propio.

Estabilidad vs. Riesgo

Tanto si tienes un empleo como si tienes un negocio propio o eres freelancer puedes perder tus ingresos. La diferencia está en cuántas cosas tienen que suceder para que pierdas tus ingresos y cuántas de esas cosas están bajo tu control.

La idea es que si tienes un empleo tienes ingresos más estables pero con un alto riesgo porque no tienes control.

Si tienes un negocio propio o eres freelancer tienes ingresos más inestables pero con bajo riestgo porque tienes más control.

Analicemos la situación con un ejemplo.

El caso de Ana y Brenda.

Ana es empleada. Tiene 4 años de trabajar en el mismo lugar en una empresa mediana, si hiciéramos una gráfica de sus ingresos se vería así:

Ingresos Ana

Brenda tiene 4 años de ser freelancer en la misma industria que Ana, y tiene una base de clientes (empeñas pequeñas y medianas, como la empresa donde trabaja Ana). Si hicieramos una gráfica de sus ingresos se vería así:

Ingresos Brenda

Evidentemente los ingresos de Ana son más estables que los de Brenda. Los ingresos de Brenda tienden a “fluctuar” más porque no todos los clientes piden trabajos todo el tiempo, algunos clientes solo piden trabajo una vez y no vuelven, otros se tardan mucho en pagar, etc.

Por el contrario, el salario de Ana es depositado puntualmente en su cuenta bancaria al final de cada mes.

Sin embargo, mi afirmación es que la situación de Ana es más riesgosa que la de Brenda. ¿Por qué?

Supongamos que luego de los 4 años llega una recesión económica global. No se de donde saco esas ideas alocadas, pero supongamos que puede pasar…

La empresa de Ana decide que debe reducir sus gastos operativos y debe “dejar ir” a algunos de sus empleados. A Ana le llega un aviso de Recursos Humanos diciéndole que el próximo mes dejará de ser empleada de la empresa.

¿Cómo se vería su gráfica de ingresos después del despido?

Recesión y Ana

¡Por supuesto, la recesión económica también afecta a Brenda! Los clientes ya no quieren pagar tanto, algunos ya ni siquiera quieren pagar por sus servicios, ella también siente los efectos.

En el peor de los casos, sus ingresos se irán a cero. Pero lo más probable es que no todos los clientes dejer de comprar al mismo tiempo. Al tener una base amplia de clientes, Brenda ha efectivamente diversificado sus fuentes de ingresos. No depende de una sola fuente de ingresos. Su gráfica podría verse algo así:

Recesión y Brenda

Aquí es donde se aclara por qué digo que la situación de Ana es más estable pero más riesgosa que la de Brenda:

Mientras más tiempo tengas para responder y más elementos tengas bajo tu control, mayor será tu capacidad para mitigar el riesgo o corregir las consecuencias.

¿Cúanto tiempo tiene Ana para responder ante el cambio en sus ingresos? En esta situación, ¿qué influencias tiene sobre la empresa y su trabajo? ¿Cuántas cosas tiene Brenda bajo su control? ¿Qué influencia tiene sobre su propia empresa y su trabajo?

Comparación Ana y Brenda

Ana, aunque en algunos puestos puede tener algún tipo de impacto sobre las decisiones de la empresa, si ya decidieron despedirla no hay mucho que pueda hacer. Por el contrario, Brenda, está al mando de su propia operación. Definitivamente no tiene todo bajo su control. Hay condiciones de mercado, competencia, etc., que no puede controlar pero tiene más control que Ana.

¿De qué sirve saber esto?

Para tomar decisiones, claro.

El punto es este: Tener un empleo es más riesgoso que trabajar por tu cuenta (por el tema del control). Pero los ingresos que se obtienen por un empleo son más estables y esa estabilidad las personas la confunden con seguridad, que no es lo mismo.

Estoy seguro de que no todos quieren tener un negocio propio o trabajar por cuenta propia. Si eres feliz con tu empleo y valoras más la estabilidad sobre la seguridad, por ni no hay ningún problema. Y tampoco será un problema para ti porque tomaste una decisión consciente.

Pero si estás “en la cerca” y no sabes si quieres seguir en un empleo o no, si no estás tan seguro/a de que ser empleado/a es lo tuyo, la idea de este artículo es darte ese empujón que hace falta.

“Pero el 90% de los negocios fracasan!”

Si, en eso estamos de acuerdo!

Y antes de que lo olvide, el hecho de que no ser empleado te de más control y menos riesgo, no quiere decir que sea más fácil. Pero eso ya lo sabes 😉

Preguntas de los Lectores #3 – Renunciar para Iniciar un Negocio

Hace unos días recibí el siguiente comentario por parte de César Estrada. Él es un diseñador industrial que tiene cierta frustración con su empleo.

Tengo 24 años, llevo año y medio en mi actual, no me pagan bien, ya que mi trabajo es importante para la empresa, me dan aumentos mínimos de sueldo, pero por “debajo del agua” manejo proyectos de millones de pesos y yo sigo recibiendo mis 1500 pesos semanales. Estoy harto de la situación, ya que no hay para donde crecer aquí, ya que los puestos grandes son para familiares de los dueños.

Vengo maquilando mi salida desde hace 5 meses, tengo un plan de negocios para hacer lo que me apasiona y tengo plan B y plan C por si no funciona.

Creo que a mi edad es ahora cuando tengo que arriesgarme, pero desgraciadamente no tengo capital.

Soy Diseñador Industrial, y quiero independizarme, poner mi taller/despacho, de diseño en general.

Me parece genial que alguien tome acciones sobre una situación que no le gusta.

Por lo general, si enfocas demasiada atención a lo que no te gusta de una situación, te encontrarás reforzándola en lugar de tomar las acciones necesarias para cambiarlas. Esto puede parecer ilógico pero es usual que suceda. ¿Por qué? Porque mientras más te enfocas en lo que NO quieres, más emociones negativas asocias a dichas situación. Y mientras más emociones negativas asocies, más difícil será poder concentrarte en ella y verla objetivamente para analizar tus opciones y actuar.

Sin embargo, el hecho de que César haya estado planificando su futuro por cinco meses es un buen indicador de que el cambio es una decisión consciente y no un deseo impulsivo.

Capital Inicial

Hay únicamente dos formas de financiar tu negocio: (1) con tu dinero y (2) con el dinero de alguien más.

La primera opción, requiere que comiences un fondo de ahorro especial para tu negocio. Debes establecer un monto específico al que quieres llegar para luego comenzar a invertir el dinero en el negocio en sí.

En la segunda opción, utilizarás algún tipo de crédito para financiarte. Puede ser tu crédito personal (tarjetas de crédito, préstamos, hipotecas, etc.) o puede ser que tengas un socio capitalista que aporte el dinero necesario a cambio de una participación de la empresa o una posibilidad de “salida”, como vender sus acciones a alguien más para recuperar su dinero.

El plan de negocios, es la forma ideal de conocer cuánto capital inicial necesitas y cuánto puedes esperar obtener de ganancias en cierto período de tiempo.

Sin embargo, antes de lanzarte a conseguir financiamiento o utilizar tus ahorros en tu negocio, es importante que te preguntes…

¿Realmente Necesitas Capital Inicial?

Muchas personas ven el paso de empleados a empresarios, como el paso de una empresa a una segunda empresa, en donde la segunda empresa, les pertenece. Esto se ve reforzado por la experiencia laboral. Al trabajar durante algún tiempo dentro del ambiente corporativo comienzas a pensar que esa es la única (o la mejor) forma de hacer negocios. Por lo tanto, al lanzarse a hacer tus propios negocios buscas emular el mismo sistema en tu propia empresa.

Esto me pasó a mi cuando inicié mi primer negocio. Como he mencionado antes, teníamos TODO lo que una empresa podía necesitar, a excepción de clientes. Como empleado, estaba acostumbrado a enfocarme en la creación de sistemas para la empresa y di por sentado que existían los clientes. Un lujo que podía darme como empleado pero no como dueño de un negocio.

Aparte, existe una motivación extra para querer comenzar tu negocio como una empresa formal, establecida y con las estructuras que conoces como empleado: te da acceso a las grandes ligas.

Es una creencia común que si dices que “somos La Empresa Establecida, S.A.” tendrás mayor credibilidad que si dices “soy Fulanito de Tal”. Sin embargo, en muchos campos (y creo que aplica al Diseño Industrial que es el caso de César) hablan más las referencias y tu portafolio que el nombre o tamaño de tu organización.

Debes recordar que la forma de generar ingresos es proveer valor a la sociedad. El hecho de tener un taller o despacho no le genera valor a nadie. Es el hecho de vender tus DISEÑOS a otras personas lo que te proporcionará ingresos. Esto puede parecer demasiado obvio pero en realidad, el hacer la diferenciación, te da nuevos puntos de referencia. Por ejemplo:

  • Para iniciar un taller necesitarás una oficina, mobiliario, línea telefónica, Internet, equipo de oficina, etc.
  • Para iniciar a ofrecer tus diseños a tus clientes necesitas establecer contactos en la industria y dar a conocer tu trabajo, conseguir referencias a posibles clientes.

Para lo primero necesitas, como tu bien has dicho, capital. Para lo segundo necesitas darte a conocer —incluso a través de tu empleo— para lo cual no necesariamente necesitas capital, y de hecho, probablemente ya lo estés haciendo.

Así que el siguiente paso es que comiences a proveer valor con los recursos que ya tienes. Aprende a exprimir el jugo a lo que ya tienes para que cuando obtengas capital sea para potenciar tu negocio al siguiente nivel y no sólo para iniciarlo.

Hay muchas formas como podrías comenzar, hoy mismo, a proveer valor y aprovechar tus recursos en tu próximo negocio, incluso fuera de tu empleo:

  • Se voluntario en actividades de alguna asociación de tu industria.
  • Ofrece asesorías a amigos, familiares o PYMES a las que tengas acceso con la intención de que luego te recomienden a otras personas. Estas asesorías podrían ser de bajo costo o incluso gratuitas. Lo importante no es cuánto cobres sino que te conozcan.
  • Transmite conocimientos prácticos a estudiantes de tu carrera.
  • Si hay algún examen especial para profesionales de tu área que tú ya hayas aprobado, ayuda a otras personas a pasar el mismo examen con menor esfuerzo. Aprende lo que funciona y lo que no para prepararse para el examen y posiblemente puedas crear una guía de estudio que puedas vender. Esta podría ser una excelente adición a tu portafolio.

***

¿Tienes algún otro consejo para César? ¿Qué harías tu en su posición? De paso, si te interesa trabajar con un diseñador industrial, visita el portafolio de César Estrada.

Cómo Dejar de Odiar tu Empleo

¿Qué pasa si te sientes frustrado por tu empleo pero no quieres renunciar?

Hace varios días @fsacari me preguntó qué le recomendaría a alguien que se siente frustrado con su empleo. Él quería estas recomendaciones para el primo de un amigo, así que decidí escribir al respecto.

En este artículo exploraré el tema con más profundidad con algunas recomendaciones para quien se sienta frustrado con su empleo y no necesariamente quiere dejar de ser empleado.

¿Qué buscas en un empleo?

La frustración laboral puede acarrear emociones muy fuertes que no permiten analizar con claridad la situación. En estos casos, encuentro muy útil primero dar un paso atrás y descomponer lo mejor que pueda el problema para obtener claridad. Así que antes de preguntarnos ¿qué hago para ya no sentirme frustrado? veamos qué es lo que buscamos realmente en un empleo.

Creo que en general, cualquier persona busca estas seis cosas en un empleo:

  1. Una oportunidad para contribuir: Esto se refiere a la actividad específica que realizas en tu empleo. Programar, hacer diseños gráficos, cocinar, limpiar, dirigir a otras personas, etc. Los humanos siempre buscamos “hacer algo” y, preferiblemente, hacer algo útil, que tenga un fin.
  2. Una retribución a cambio de tu trabajo: De todas las cosas que podríamos hacer con nuestra vida, en un empleo hacemos aquellas que aportan valor a otras personas para que nos paguen por ese valor. Esto incluye tu salario, bonos, vacaciones, etc. Por supuesto, no es la única motivación, pero es de las más importantes.
  3. Líderes que seleccionen las oportunidades para contribuir: Esto se refiere a tus jefes, junta directiva, presidente, etc. Ellos representan un papel de liderazgo y toman decisiones que afectan los dos primeros puntos.
  4. Otras personas con quienes compartir/distribuir el trabajo: Esto se refiere a tus compañeros de trabajo, socios, proveedores e incluso clientes. Ningún trabajo tiene sentido si no hay otras personas involucradas en algún nivel.
  5. Herramientas y medios para lograr la contribución: Tu oficina, computadora, material y equipo, incluso el café que hay en tu oficina. Todo esto está dispuesto para que logres cumplir con el valor que quieres aportar por medio de tu trabajo.
  6. Oportunidad de expandir tu contribución: Ascensos, capacitación profesional y personal, etc.

El Origen de la Frustración

En general cualquier frustración que sientes es porque tus expectativas sobre algo no se cumplieron. Al separar tu empleo en estas seis áreas puedes aislar expectativas no cumplidas y reparar tu empleo de forma metódica, por ejemplo:

  • Tu trabajo es tedioso, repetitivo o no pone a prueba tus habilidades.
  • Sientes que el pago que recibes a cambio no equivale con el valor que aportas.
  • Tus jefes no representan un rol de liderazgo efectivo.
  • Tus compañeros de trabajo no cumplen con su papel de forma adecuada. Esto puede aplicarse también a clientes/proveedores indeseables.
  • Las herramientas o los medios para lograr tu trabajo son inadecuados.
  • No tienes oportunidades para expandir tu contribución.

¿Reconoces algunas de estas situaciones como la fuente de tu frustración laboral?

De ser así, necesitarás una estrategia clara para atacar los problemas. Veamos cuáles son los elementos más importantes de dicha estrategia, y luego, cómo puedes aplicarlo a situaciones concretas.

Estrategia

Tu estrategia general debe contar con estos 5 elementos:

1. Meta Clara: Define exactamente qué es lo que quieres lograr con un empleo. No con tu empleo actual sino con cualquier empleo. ¿Quieres un empleo que te permita crecer profesionalmente? ¿Quieres un empleo para “entrenarte” y luego crear tu propia empresa o cambiar de empleo? ¿Estás en un empleo sólo por el dinero? (no que haya algo de malo con eso, muchas personas consiguen un empleo extra temporalmente para salir de deudas, por ejemplo).

2. Confianza en el Valor que Aportas: Si tú mismo/a no confías suficiente en el valor que aportas a la empresa, será difícil crear una estrategia efectiva. Analiza objetivamente qué es lo que aportas y si crees que puedes mejorar en esta área hazlo cuanto antes. Pregunta a otras personas de confianza cuáles creen que son tus fortalezas y explótalas.

3. Maximiza tu Productividad: No sólo debes confiar en que lo que aportas a la empresa tiene valor, sino que debes aportarlo de la forma más efectiva posible; donde “efectiva” puede significar en el menor tiempo posible, de la forma más creativa posible, con el menor costo posible, etc. Depende de tu empleo particular, por lo tanto, analiza qué es efectivo en tu industria. Ten en cuenta que ser productivo no es lo mismo que estar siempre ocupado. De hecho, lo opuesto tiende a ser la verdad. Tim Ferriss lo dijo mejor: “La falta de tiempo es en realidad falta de prioridades”.

Lee el artículo “7 (u 8 ) formas de aumentar tu productividad” para más consejos al respecto.

4. Utiliza la Tecnología al Máximo: Este es un corolario del punto anterior. Muchos (la mayoría, creo yo) de puestos de trabajo son ineficientes para utilizar la tecnología de información. Una de las mas grandes pérdidas de tiempo en el ambiente laboral es el correo electrónico. Y una de las herramientas más poderosas y comúnmente subestimadas y sub-utilizadas es… el correo electrónico.

Aprende formas efectivas para usar el correo electrónico (o cualquier otra tecnología que aplique) que te permitan obtener ventajas para mejorar tu trabajo.

5. Habla y Negocia: ¿Conoces la frase “el que no llora no mama”? Seguro que sí. Debes aprender a ser asertivo y negociar lo que consideras justo (mira la sección Recursos al final del artículo si quieres aprender más sobre negociación). Nadie adivinará qué es lo que quieres, debes tomar la iniciativa y provocar los cambios positivos que quieres ver. ¿Cómo? Utiliza todos estos puntos para crear tus tácticas…

Tácticas

Vemos ahora algunos ejemplos de cómo puedes aplicar esta estrategia en situaciones específicas:

1. Si tu problema es que tienes mucha carga laboral enfócate en ser más productivo en lugar de simplemente estar ocupado. Identifica cuáles son las tareas que te mantienen “ocupado” y trata de eliminarlas o automatizarlas. Si no es posible o necesitas autorización de tu jefe par hacerlo, busca la autorización cuanto antes.

Esto tendrá 2 efectos: (1) optimizas tu trabajo y (2) muestras tu interés/habilidad para mejorar la empresa, lo cual funciona como apalancamiento para conseguir aumento/mejora de condiciones, etc.

Si por otro lado, se trata de que tu trabajo es en inherentemente aburrido o tedioso y no puede mejorarse sustancialmente, busca otras formas de ofrecer valor: cámbiate de departamento, cuando tengas tiempo libre ve a otro departamento a ver en qué puedes ayudar o qué puedes aprender, si es necesario conseguir acreditaciones hazlo.Ir en busca de formas de ofrecer valor fuera de tu puesto requiere cierto valor para enfrentar críticas.

Evita la excusa “Si pero es que ese no es mi trabajo”. Los jefes por lo general buscan personas que aporten valor a la empresa para hacerlas crecer y no a quienes simplemente hacen lo que les toca. Si tu jefe no encaja en esta descripción, más abajo hay un ejemplo para ti.

2. Si estás consciente de que tu valor no es equivalente con lo que recibes de sueldo… ¡habla! Ve con tu jefe y dile lo que piensas, explícale cuál es el fundamento para tu apreciación y negocia. Debes tener en cuenta tu verdadero poder en la negociación. Si tu puesto es fácilmente reemplazable, considera mejor cambiarte de puesto antes de pedir un aumento en el mismo. Consigue el poder que necesitas en la negociación aportando un valor que sea difícil de reemplazar. Conviértete en una pieza clave a quien no quieran perder.

3. Si el problema es que tu(s) jefe(s) no representan una rol de liderazgo efectivo, el primer paso es hablar con ellos. Se honesto/a u asertivo. No busques conflicto sólo para desquitarte y/o que te despidan. Si ir con tu jefe a hablar honestamente te causa miedo a represalias debería ser un buen inddicador de que tu jefe no tiene (1) intención de cambiar y (2) por lo tanto, renunciar (o cambiarte de área) sería lo mejor. Sé realista y analiza si sirve de algo ir con el jefe de tu jefe (o con el jefe del jefe de tu jefe).En cada paso que tomes, de nuevo, es clave que tengas confianza en lo que aportas para darles una razón para entrar en una negociación contigo.

4. El problema puede estar en que tus compañeros de trabajo no hacen su parte en el equipo. Esto es bastante común en mi experiencia. El primer paso es hablar con ellos (¿comienzas a notar el patrón?). Explica lo que crees que es el problema y trata de solucionarlo con ellos directamente.

Si no ves un cambio positivo, háblales otra vez y explícales la forma en que te perjudica a ti, a la empresa y a ellos mismos. Diles abiertamente que llevarás el problema con tu jefe de ser necesario. Recuerda que tu lealtad debe estar con tus principios,valores y metas, no con personas en particular. Siempre explícales que no lo haces porque te caigan mal como personas sino porque tu trabajo se ve afectado.Puedes experimentar cierta resistencia a hacer algo así porque te tacharán de soplón o cosas parecidas. Simplemente mantén en mente que nadie te nombró mártir empresarial para tener que soportar su falta de aprecio hacia tu (y su) trabajo. La vida es muy corta para esas cosas.

Esta situación puede extenderse a otras relaciones: clientes, proveedores, subalternos, socios, etc. La forma de proceder es básicamente la misma. Descarta una a una las posibilidades de lograr un cambio hasta que a alguien tenga que ser despedido, incluso a algunos clientes. Recuerda que no es cierto eso de que el cliente siempre tiene la razón.

5. Si tu frustración es causada por falta de herramientas y medios adecuados para hacer tu trabajo, busca los verdaderos motivos por los que faltan dichos medios/herramientas. Si, por ejemplo, se debe a que la empresa está pasando por “malos momentos” podría ser que lo que se necesita no es conseguir esos medios y herramientas; sino crear una nueva cultura de aprovechamiento máximo de lo que sí se tiene. Esta es tu oportunidad de mostrar que puedes aportar más valor en tiempos de “vacas flacas”.

Si por el contrario, es porque simplemente no se sabe qué se necesita o no hay interés porque se proporcionen las herramientas/medios adecuados, entonces, adivinaste, ¡habla y negocia!

6. Finalmente, si el problema es que tu empleador no te da oportunidades para expandir tu contribución (ascensos, capacitaciones personales y profesionales, etc.), una vez más, debes hablar abiertamente de lo que quieres y justificarlo. O simplemente deja de esperar que ellos te den las oportunidades y búscalas tu mismo/a.Busca seminarios o cursos en tu industria y pide claramente a tus jefes que te envíen. (O cuando menos, que te den el tiempo necesario para ir). Luego demuestra de forma tangible la mejora en tu trabajo gracias a la capacitación. O haz una propuesta para crear un nuevo departamento o grupo de trabajo para mejorar algún aspecto específico de la empresa. Si quieres tener tu propia oficina y tus propios subalternos, no esperes a que a alguien se le ocurra crear un nuevo departamento, ¡crealo tú! Esto, de nuevo, incrementará el valor que la empresa percibe en ti y por lo tanto mejorará tu posición para negociar.

Sin Posibilidad de Reparación

¿Y qué hacer si ya probaste todo esto y aún así no te escuchan o los problemas persisten? Déjame darte el mejor consejo que tengo en palabras de Stefany Loren, lectora fiel del blog: ¡Manda ese trabajo pal carajo! 😉

Lo que más me gusta es que rima.

Y si decides hacerlo, asegúrate de tener un plan concreto de tus siguientes movimientos. ¿buscarás primero un empleo a dónde pasarte? ¿te tirarás al agua? ¿iniciarás un negocio? ¿cuánto tiempo puedes estar sin empleo? Renunciar a un empleo no es una mala decisión. Renunciar a un empleo sin tener un plan, es el problema.

Recursos

Mientras escribía este post, pedí en Twitter recomendaciones de lectura para aprender a negociar. Estas fueron las recomendaciones:

@taniapazcordero recomienda:

Imagen Vendedora de Víctor Gordoa (cómpralo en Amazon, o si estás en México en ImagenPublica).

@joseluischam recomienda:

The Negotiating Game de Chester Karrass (cómpralo en Amazon -en inglés-, no encontré una versión en español, si conoces alguna déjame saber en los comentarios)

@KarlaBayly recomienda:

Getting to Yes! (Sí de Acuerdo, en español) de Roger Fisher y William Ury (cómpralo en Amazon: en inglés / en español)

EXTRA: mientras buscaba información de The Negotiating Game encontré estos juegos interactivos de negociación (en inglés). ¡Realmente me gustaron los que probé! Puedes acceder a algunos de prueba, el resto están disponibles sólo para suscriptores del sitio.

¿Cómo te sientes en tu empleo actual? ¿Te identificas con alguno de estos problemas? ¿Qué harías tu para reparar tu empleo? O si tú no lo necesitas, ¿qué le recomendarías al primo de un amigo que lo necesita? 🙂

Auto-empleado: ¿Estás cometiendo este grave error?

Desde que publiqué el artículo “7 Razones para Renunciar a tu Empleo“, éste ha sido uno de los más populares del blog. Ha recibido miles de visitas y muchas personas me han contactado contándome cómo ese artículo les ayudó a tomar la decisión de finalmente renunciar a un empleo que no les satisfacía.

Lo escribí unos días antes de que se hiciera efectiva mi renuncia a mi último empleo y lo publiqué justamente el último día que trabajé.

En ese momento, ya llevaba un intento fallido de iniciar una empresa en mi historial y estaba convencido de que esta vez estaba en una mejor posición para crear un negocio exitoso.

Y así fue… ¿verdad?

El Error Crucial

Una de las razones más importantes por las que mi primer negocio fracasó fue que me sentía mucho más feliz por ser desempleado que por ser emprendedor. Me sentía muy feliz por poder hacer con mi tiempo lo que quisiera, no tener que responder a un jefe y poder trabajar donde y cuando quisiera. Me sentía tan feliz por esto, que olvidé tomar responsabilidad por hacer funcionar el negocio.

Lo más notable de esta situación es que no se trató un error “técnico” de negocios sino un error personal, más relacionado con el aspecto emocional que con el aspecto intelectual.

No hubo mala planificación de flujos de efectivo (porque no hubo flujos de efectivo para empezar). No hubo una mala selección de nicho de mercado (porque nunca nos llegamos a decidir por un nicho). No hubo clientes o proveedores que nos estafaran (ya te puedes imaginar por qué).

Así de malo fue mi primer negocio. 🙂

Por eso regresé a trabajar en una empresa donde había trabajado antes; quienes, afortunadamente, me recibieron de regreso en mi puesto anterior. Pero esta vez tenía total claridad sobre mi objetivo: pagar completamente mis deudas y volver a intentarlo.

Así que pasaron los meses, creé este sitio, me enfoqué en mis metas financieras y finalmente renuncié para intentarlo otra vez.

¿Y cómo me fue la segunda vez? Igual. Al menos durante los primeros meses.

El Segundo Error Crucial

Dicen que sólo los humanos podemos tropezarnos dos veces con la misma piedra. Peor aún, cuando ni siquiera te has dado cuenta de que existe una piedra.

Sucede que durante los primeros meses del 2009 cometí exactamente el mismo error. De nuevo, me enamoré más de la idea de ser un espíritu libre que podía darse el lujo de trabajar cuando y dónde quisiera. Lo que frecuentemente significaba en realidad, no trabajar.

No fue sino hasta mediados del 2009 que noté que estaba dejando de lado, otra vez, la responsabilidad sobre mi vida y mis ingresos, por estar muy feliz siendo desempleado.

En ese momento comencé a tomar pasos, al principio pequeños, para tomar completa responsabilidad de que mis esfuerzos como emprendedor rindieran frutos.

En el caso de Economía Personal, fue hasta esos meses cuando comencé a usar Twitter en serio (sígueme!). Creé la página en Facebook (hazte fan!), comencé a hacer encuestas a los lectores para conocer sus opiniones, hice un “experimento” de publicar a diario durante 30 días, etc.

Y los efectos fueron notables.

Los números comenzaron a subir. Tráfico, suscriptores, seguidores, fans e ingresos por publicidad. Los lectores comenzaron a contactarme más seguido, recibí algunas ofertas de negocios (algunas que rechacé porque no eran más que estafas disfrazadas).

Pero en general, puedo decir que comencé a generar más valor que es el fundamento de todo negocio.

Así que mi intención es que todos quienes piensan en renunciar para trabajar por su cuenta o quienes ya lo hicieron reflexionen sobre este punto crucial que no se encuentra en los libros de administración ni lo enseñan en las maestrías de negocios.

¿Te estás tomando en serio lo de ser emprendedor? ¿tus acciones reflejan realmente los motivos por los que renunciaste a tu empleo? ¿o es que simplemente estabas huyendo sin saber a dónde ir?

Todos debemos aprender de nuestros propios errores, pero siempre podemos tomar el atajo de aprender de los de alguien más. ¡Éxitos!

¿Es importante sentir pasión por tu trabajo?

¿Cuál es la relación que existe entre la pasión por lo que uno hace y el éxito que tiene? ¿Realmente es importante hacer lo que te apasiona? ¿O es simplemente una falsa ilusión que puedes trabajar y ganar dinero haciendo lo que te gusta?

Este tema surgió hace unos días en Twitter con un par de contactos: Aroldo y Jean. No tengo el gusto de concer a Jean en persona, pero estoy seguro de que es una persona muy interesante.

El tema surgió alrededor de la pregunta ¿Si no estás haciendo algo que te apasiona, vale la pena seguir haciéndolo? (o algo similar, estoy parafraseando).

Luego de eso pensé en escribir un artículo al respecto porque tú podrías tener preguntas similares al respecto. Así que la intención de este artículo es explorarlas. Por ejemplo, podrías preguntarte…

¿La pasión es realmente importante para el éxito?

En mi opinión, la respuesta es sí.

Sabiendo que la mejor forma de hacer dinero es proporcionar un valor a la sociedad, contrasta las dos posibles situaciones: tratar de poporcionar valor a la sociedad haciendo algo que no te apasiona o te gusta un poco y simplemente lo toleras, contra tratar de proporcionar valor a la sociedad haciendo algo que disfrutarías haciendo aún si no te fueran a pagar.

En el segundo caso, tu motivación será mayor y por lo tanto la calidad de tu trabajo será mejor (y por lo tanto tus ganancias pueden ser mejores). Si no estás comprometido/a con la misión de tu empresa, es muy fácil caer en la mediocridad. En hacer el trabajo por salir del paso y únicamente esperar a la quincena.

¿La pasión es realmente necesaria para el éxito?

En mi opinión, contrario a la respuesta anterior, la respuesta es no.

Aunque la pasión es importante y te da una ventaja para obtener mejores resultados —ya sea en tu empleo o negocios— no es absolutamente necesaria. Míralo de esta forma:

Para tener éxito, se necesita tomar acciones concretas en dirección de tus metas. Sentir pasión por una meta, puede llevarte a actuar y por lo tanto a obtener resultados. Sin embargo, no se puede afirmar que la única forma de conseguir resultados es por medio de la pasión.

¿Qué otra forma existe para obtener resultados?

La disciplina.

¿Alguna vez te has emocionado con un proyecto y comienzas a trabajar por unos días, pero luego lo abandonas? Quizás se te cruzó otra idea en el camino que te gustó más y entonces te emocionaste con esa nueva idea. Comenzaste a trabajar por unos días, pero luego lo abandonaste, seguramente porque te topaste con otra nueva idea. Y comenzaste a trabajar por unos días… ¿me explico?

La pasión es un estado emocional en el que te sientes energizado/a por una idea. Este estado, tiene subidas y bajadas. Es inestable. Aunque te lleva a tomar acciones, no siempre está al mismo nivel. Por el contrario, si tienes desarrollada tu disciplina, podrás seguir tomando acciones hacia tu meta independientemente de tu estado emocional.

La pasión es una infusión de energía temporal que puede ayudarte de dos formas: a comenzar tus proyectos y a realinearte cuando perdiste el rumbo. Pero la pasión por sí sola, no necesariamente te llevará al éxito. El ingrediente que hace falta es la disciplina.

La pasión es como la chispa que enciende una fogata. La disciplina es la leña. Se quema lentamente y no depende de la chispa inicial para seguir ardiendo.

Entonces, si no me siento apasionado con lo que estoy haciendo ¿debería seguir haciéndolo? ¿o debería buscar algo que me apasione?

En mi opinión, la repuesta en este caso es… depende.

Analiza cuál es el motivo por el que no te sientes apasionado/a por lo que estás haciendo en este momento. ¿Nunca te ha hecho sentir pasión? ¿Alguna vez sí te apasionaba pero ahora sientes que has perdido el rumbo? Algo que sucede frecuentemente es que aunque tu meta a largo plazo te apasiona, hay ciertas tareas que resultan tediosas o repetitivas, ¿es eso lo que te desmotiva?

Si lo que te desmotiva son los aspectos menos emocionantes de tu empleo o negocio, tienes básicamente tres opciones: (1) Si puedes eliminar la tarea sin serias consecuencias negativas, hazlo. (2) Si no puedes eliminarla, busca la forma de delegarla o sub-contratarla. (3) Si no puedes eliminarla ni delegarla, busca una forma de hacer que la tarea sea menos tediosa.

Hay diferentes técnicas para hacer esto, pero caen fuera del alcance de este artículo. Pero la idea es clara: siempre habrán aspectos tediosos que preferirías no hacer. En ese caso, no importa cuanta pasión sientas por tu meta, las tareas no se harán más amenas por arte de magia. En esos casos es donde la disciplina es más importante que nunca.

Por otro lado, si en realidad nunca te ha apasionado tu trabajo o tu carrera y sabes lo que en realidad te apasiona, trata de hacer el cambio lo más pronto posible. Aún cuando estés en un empleo “bien pagado” o tengas un negocio “exitoso”. Si no tienes un objetivo más grande que te motive, una misión que realmente te llene y te llame a seguir adelante, ninguna cantidad de dinero podrá darte la satisfacción de buscar tus sueños.

Ahora, no me mal interpretes, simplemente dejar de hacer algo que no te apasiona para hacer algo que sí te apasiona no solucionará todos los problemas de tu vida. La pasión es importante. Pero no es lo único importante. Estarás en una mejor posición, pero aún requieres hacer esfuerzos. Por eso también es importante la disciplina. Aún si cambias tu carrera para hacer algo que sí te apasiona, tendrás que cubrir tus necesidades básicas, pagar la renta y alimentarte.

Si haces un cambio en tu vida basándote sólo en la pasión y no pones atención a la disciplina, lo más probable es que tu pasión termine disipándose. La única forma de mantenerla y hacerla crecer es obteniendo resultados positivos, ahí es donde la disciplina es más importante que la pasión.

Nadie dijo que la vida era fácil. Pero eso no significa que no pueda ser apasionante.

Protestas de Fotógrafos en Guatemala

El pasado miércoles, una asociación de fotógrafos de Guatemala protestó exigiendo, en pocas palabras, que el gobierno de un paso atrás cuando realmente no da muchos para adelante.

Un poco de historia

Después de mucho tiempo finalmente se comenzará a reemplazar la Cédula de Vecindad, el documento de identificación actual, por uno más moderno. Será una tarjeta con un chip, medidas extras de seguridad y toda la información de respaldo será digital. Esto es un gran paso que todos los países deberían seguir, especialmente en el siglo XXI.

El documento actual, la Cédula de Vecindad, lleva una foto adherida al documento. El nuevo documento, evidentemente tendrá una foto digital impresa.

Las fotos para el documento actual, uno debía tomárselas en un estudio fotográfico y luego llevarlas a la municipalidad. Hasta donde recuerdo, se llevan 2. Una para el documento y otra para el archivo.

Ahora, con el nuevo documento, los estudios fotográficos perderán este ingreso.

Debido a todo esto, hubo protestas exigiendo al gobierno que, aunque sea innecesario, se solicite que los ciudadanos lleven una foto al momento de solicitar una identificación para crear un archivo físico. Cuando el objetivo de todo este cambio es dejar de utilizar un archivo físico que es altamente ineficiente.

Lecciones

Ahora ¿qué tiene que ver esto con tu economía personal? Desde que vi la noticia por televisión por primera vez, pensé en que la actitud de los fotógrafos es problemática.

Por un lado, me parece un error que un negocio esté basado completamente en un sólo servicio. En este caso, las fotografías para la cédula. Lamentablemente no conozco personalmente a algún dueño de un estudio fotográfico, pero hasta donde yo recuerdo, no sólo sacan fotos para cédula. También sacan para pasaportes, carnés y de eventos. En muchos otros lugares aún solicitan una (o más) de estas fotos.

Por otro lado, debemos analizar qué pasaría si el gobierno accede a sus demandas. Sería un gasto extra para quienes solicitan un Documento Personal de Identificación. Además, y creo que esto es más importante, se crea una mala costumbre en los dueños de negocios de esperar que sea el gobierno quien solucione sus problemas.

Es completamente comprensible si eres dueño de un negocio que te preocupes por mantener tus ingresos. Pero exigir al gobierno que intervenga, dando un paso atrás en un proceso como este, me parece un error.

Espero que los dueños de carnicerías no pidan que sea obligatorio que los vegetarianos compremos carne para no perder ingresos. 🙂

Reducir Gastos vrs. Aumentar Ingresos (Parte II)

En la primera parte de este artículo exploramos las formas en que puedes reducir tus gastos. Sin embargo, considero que es más importante enfocarse en aumentar tus fuentes de ingresos.

No quiero decir que reducir tus gastos no sea importante. Simplemente debes aceptar que existe un límite en la reducción de los gastos personales. Hay un mínimo de dinero necesario para mantener tu estilo de vida.

Por otro lado, prácticamente no existe un límite concreto al que puedas llegar aumentando tus ingresos, así que es es razonable que pases más tiempo tratanto de crear nuevas formas de ingresos que puedan mantener tu estilo de vida o mejorarlo hasta el punto que desees.

Exploremos las formas en que puedes aumentar tus ingresos.

Empleo

Para la mayoría de empleados todos sus ingresos provienen de su sueldo. Si eres empleado, lo más razonable es que busques maximizar el sueldo que recibes. Si crees que tu trabajo vale más de lo que te pagan, ve con tu jefe y explícale tu situación. Si te dice que no te dará un aumento… quizás sea hora de renunciar.

Si crees que el salario que te pagan es justo con relación a tu trabajo, deberás comenzar a generar más valor para la empresa si quieres un aumento. Decide exactamente cuánto quieres que sea tu sueldo, ve con tu jefe y explícale tu situación: “Quiero ganar esta cantidad de dinero, ¿qué tengo que hacer para recibir este aumento?”. Si te dice que no hay forma de que recibas el aumento que quieres… quizás sea hora de renunciar. 🙂

En cualquier caso, la base de un incremento en tu salario es aumentar el valor que generas para tu empleador. Tienes que estar en la disposición de capacitarte y adquirir nuevos conocimientos y habilidades para poder hacer esto.

Trabajo Independiente

Sin importar si eres empleado o no, puedes comenzar a aprovechar tus habilidades y conocimientos para generar valor para otras personas y recibir una retribución a cambio. La forma más directa de hacer esto es enseñar a otras personas que quieran aprender de ti.

Este modelo es muy dinámico y fácil de implementar. Si aún eres estudiante puedes comenzar a darle lecciones particulares a otras personas. La tecnología actual te da una gran cantidad de opciones para hacer esto a muy bajo costo.

Practicamente toda mi vida laboral giró en torno al desarrollo de software. En la universidad estudié Ingeniería en Informática y Sistemas. He estado en contacto con las computadores desde niño. Hace poco comencé a aprovechar este conocimiento por medio de lecciones particulares a un amigo que trabajaba conmigo. Usamos ConnectNow de Adobe para reunirnos virtualmente y que ninguno de los dos incurra en gastos de transporte. ¿Qué habilidades puedes convertir en lecciones y utilizar la tecnología de esta forma para crear una nueva fuente de ingresos?

Otra forma de trabajar independientemente es ofreciendo tus servicios profesionales. Puedes ofrecer tus servicios profesionales mientras eres empleado, como una actividad complementaria. Si tu empelador necesita de lo que tu le provees, probablemente hayan otras empresas más pequeñas y en crecimiento que podrían pagarte por hora o por proyectos concretos.

Negocio Propio

Crear un negocio propio es una de mis opciones favoritas. Es mi principal enfoque.

Como en cualquier modalidad de generación de ingresos, debes enfocarte en generar un valor para alguien. La diferencia principal entre crear un negocio y trabajar independiente es que un negocio debe ser un “sistema” que proporciona ese valor a tus clientes con cierto grado de independencia de ti. Es decir, el sistema debe funcionar aunque tú no estés ahí para hacerlo funcionar. Este sistema puede ser un equipo de personas, otras empresas, un sitio web, etc.

En la industria del software es muy común que un programador cree una aplicación para su uso personal, para resolver un problema que él mismo tiene. Luego, comercializa la aplicación. Esta es una forma bastante efectiva porque al menos puedes asegurarte de que tu producto soluciona un problema real.

Es importante que no confundas el mecanismo que utilizas para generar el valor con el objetivo del negocio. Por ejemplo, este sitio web es un mecanismo que permite que tú leas los artículos de forma gratuita y que anunciantes puedan llevar sus productos o servicios a personas que puedan estar interesadas. Sin embargo, el objetivo no puede ser simplemente “tener un sitio web con artículos sobre finanzas personales”. Eso impediría que en determinado momento me decida por explorar otras formas de hacer llegar el valor a los lectores interesados. También limitaría el beneficio que puedo darle a los visitantes a “artículos”, ¿qué tal si quisiera crear una aplicación en línea donde puedas llevar tu presupuesto personal? 😉

Inversiones Financieras

Hasta ahora, he hablado sobre “Inversiones Económicas”. El tipo de inversiones en las que utilizas principalmente recursos internos para crear nuevos recursos. Ahora es el turno de las Inversones Financieras.

Una Inversión Financiera es cualquier instrumento en donde tu dinero es utilizado por alguien más para algún propósito económico que produzca ganancias. Parte de esas ganancias te toca a ti en forma de intereses, como recompensa por haber prestado tu dinero. Si alguien te propone una Inversión Financiera que no funcione de esta forma, puede ser una estafa. ¡Huye!

Es importante reconocer que la mayoría de Inversiones Financieras están diseñadas para ser fructíferas en un largo plazo. Muchas personas tienen la idea de que es posible volverse millonario de la noche a la mañana con Inversiones Financieras. Esto es muy dificil. De hecho, lo más común es que personas que ya tienen mucho dinero utilicen las Inversiones Financieras para proteger su patrimonio.

Conclusión

En general, tus ingresos siempre son un reflejo del valor que has proporcionado a la sociedad. ¿Qué otras formas has experimentado para obtener ingresos? ¿Que obstáculos has encontrado al intentar crear una nueva forma de ingresos?

Y para concluir la serie “Reducir Gastos vrs. Aumentar Ingresos”, ¿qué consideras mejor, reducir tus gastos o aumentar tus ingresos? ¿En qué actividad te has enfocado más?

¡Comparte tus experiencias en los comentarios!

7 Razones para Renunciar a tu Empleo

La “crisis económica mundial” ha levantado nubes de incertidumbre en todo el mundo y ha convencido a muchas personas de que ahora, más que nunca, deben proteger sus empleos.

Es cuestión de perspectiva.

Hace un par de semanas fue efectiva la renuncia a mi empleo en una de las compañías multinacionales más grandes del mundo. A continuación comparto contigo las 7 razones más importantes por las que tomé esta decisión —y por las que tú deberías hacer lo mismo—:

1. Es muy arriesgado

Esto va en contra de todo lo que la sociedad enseña sobre la seguridad de un empleo. La mayoría te dice que tienes más seguridad en un trabajo que en tu propio negocio. Sin embargo, lo opuesto es verdad. La seguridad es un resultado del control y tienes más control en tu propio negocio que en un empleo.

En un empleo tu jefe puede despedirte y efectivamente desaparecer tu fuente de ingresos. Si tienes tu propio negocio tu estás al mando y puedes crear nuevas fuentes de ingresos cuando tu quieras. ¿Haz escuchado últimamente alguna noticia sobre despidos masivos? ¿Eso es más seguro que ser tú el que está al mando?

2. No es un intercambio justo.

Si en tu empleo creas un nuevo producto o servicio para tu compañía, te pagan por el tiempo que invertiste en crearlo y no por el valor que genera. Si fracasa y provoca pérdidas para tu empleador, quizás no pase nada. O quizás te despidan.  Si es un éxito y genera millones para tu empleador; no importa, seguirás recibiendo tu sueldo.

Es más, el sistema que creaste seguirá creando valor para tu empleador aunque ya no trabajes para él y ya no recibirás ninguna compensación por tu trabajo.

3. Es aburrido y tedioso.

En el ambiente corporativo es muy común tener que pasar por infinidad de procedimientos para lograr hacer tu trabajo. Aparte, muchos ambientes de trabajo no son muy alegres ¿Realmente disfrutas pasar 8 horas diarias en un cubículo gris? Y no digamos las reuniones “de trabajo” sin sentido. Tú sabes… esas reuniones para “ver cómo va el proyecto”.

Las reuniones sin una agenda y un objetivo concreto son como la masturbación. Te hacen sentir bien, pero no es nada real 😉

4. El valor que generas es reemplazable.

¿Cuántas personas están buscando un empleo? ¿Cuántas personas están tratando de crear su propio negocio? Evidentemente hay más personas en el primer grupo y eso lo hace ser un grupo más “competitivo”. Si estás haciendo lo que todos quieren hacer, fácilmente pueden encontrar a alguien más que lo haga. Lo que tú puedes proveer se vuelve menos valioso.

5. Es una experiencia limitada.

Muchas personas abogan por trabajar en una empresa para aprender sobre una industria antes de iniciar su propio negocio. Hasta cierto punto esto puede ser útil. Sin embargo, tendrías que tener un trabajo en cada área de la empresa —ventas, mercadeo, producción, finanzas, etc.— para poder tener una experiencia integral de las áreas de una empresa.

¿Y cómo sabes cuando ya tienes suficiente experiencia en alguna de las áreas? Si tu plan es trabajar un tiempo para obtener experiencia es mejor que tengas en mente (1) un ámbito concreto en el que quieras adquirir experiencia y (2) cuando dejar de “aprender” y comenzar a “hacer”. Si no tienes claros esos dos puntos, estás perdiendo tu tiempo. Estarías mejor aprendiendo a administrar un negocio propio y aprendiendo de tus errores.

6. Es subóptimo.

Asumiendo que “óptimo” significa desarrollar tu potencial humano al máximo, el ambiente laboral está específicamente diseñado para lograr lo contrario. En el artículo “¿Qué es el Dinero?” expliqué como los ingresos óptimos provienen de entregar un valor genuino a la sociedad. En un empleo no puedes generar todo el valor que podrías generar por otros medios; simplemente hay muchos obstáculos.

7. No puedes conocer supermodelos y actrices.

¿Realmente crees que tu vida social debe girar en torno a tus compañeros de trabajo? No digo que haya algo de malo con ellos. De hecho, conocí a personas fantásticas en mi empleo pero hay muchas más personas afuera (aproximadamente 6 mil millones). Y como dice un amigo, no puedes esperar tener citas con una actriz de Hollywood si tu estás metido en una oficina 40 horas a la semana mientras ella está filmando su próxima película en Austria.

Muchas personas pasan años trabajando porque creen que eso es lo que “tienen” que hacer. Aunque por dentro sienten la necesidad de hacer algo diferente y constantemente se preguntan si realmente eso es todo lo que obtendrán de la vida.

Debes aceptar que difícilmente encontrarás un empleo que satisfaga tus verdaderas necesidades humanas. No aceptes de la vida menos de lo que te mereces. El primer paso es dejar de negar que no te gusta la realidad que estas viviendo y que sólo tú estás en la posición de cambiarla. Y no es tan difícil, sólo tienes que decir “renuncio”.  ¿Y si fracasas? Como dice mi padre, hay una fórmula para medir el éxito de un hombre: es la suma de las decisiones acertadas más las decisiones equivocadas menos las que nunca tomó.

¿Por qué los futbolistas ganan más que los profesionales de oficina?

Hace algún tiempo leí que alguien preguntaba: ¿Por qué los futbolistas ganan más dinero que un profesional de oficina? Implícitamente la pregunta llevaba la acusación de que el trabajo de los futbolistas está sobrevalorado y que la paga para un profesional que trabaja duro es injusta. Esta pregunta llamó mi atención porque revela mucho sobre las creencias de esta persona con respecto al dinero y el trabajo. Exploremos un poco estas creencias.

En primer lugar, es evidente que afirmar que “los futbolistas ganan más que los profesionales de oficina” es una generalización incorrecta. Hay futbolistas que no son famosos, que juegan en equipos que tampoco son famosos y que no ganan como las grandes estrellas del deporte.

Lo mismo pasa en otras carreras en las que los más famosos ganan más: hay actores y actrices que alcanzan la fama y ganan millones, pero también hay muchos que nunca se convierten en estrellas. Y por otro lado, hay muchos profesionales de oficina que no son “mal pagados”. Si te consideras un empleado mal pagado puedes tomar como ejemplo al jefe de tu jefe.

“¡Pero aunque yo no sea famoso me merezco un salario justo!”

Lo que das, es lo que recibes. Si eres un empleado, tu sueldo es el valor que tu patrón ha decidido que vale tu trabajo. Es un simple intercambio de valor. Tú das tu tiempo y conocimiento, él da su dinero.  De la misma forma funciona para un futbolista, un actor o una modelo. Proporcionan un valor, alguien les da dinero a cambio.

Si tu salario es justo o no, es subjetivo. Tu patrón podría estar pagándote un salario muy por debajo del promedio de la industria para un puesto como el tuyo. Seguramente esto daría luces sobre qué tipo de jefe tienes o qué tipo de empresa es la que dirige. En tal caso el problema es algo más fundamental y deberías cuestionar si realmente quieres seguir en una situación así. Pero aún así, para él tu salario es “justo”, aunque definitivamente no valora tu esfuerzo tanto como tú.

Valor Generado v. Compensación (click para agrandar)

Considera a los cuatro personajes de la imagen (clic para agrandar). El primero es un futbolista famoso que juega en un equipo de la primera división de España. Un país que sí se toma en serio el fútbol. El segundo es un alto ejecutivo de una de las empresas más grandes de EUA.  ¿Sabes quiénes son el tercero y el cuarto? Exacto. Son “desconocidos”. Eso nos da indicios de por qué los primeros dos ganan más.

“¿Y qué tanto valor genera un tipo pateando un balón para ser millonario sólo por eso?”

Una estrella genera valor de muchas formas:

  • Es una imagen modelo. Su imagen puede ser aprovechada para producir películas, anuncios, destacar marcas, etc.
  • Es un modelo de conducta: Los niños quieren ser como su estrella favorita.
  • Proporciona entretenimiento: especialmente valorado, irónicamente, entre los profesionales que trabajan de 8 a 5 y que son mal pagados.

Un profesional de “alto nivel” también genera valor de formas diferentes:

  • Toma decisiones de alto riesgo en cuanto al rumbo que seguirá una empresa. Esto se debe a que tiene el conocimiento necesario para tomar ese tipo de decisiones.
  • Se hace totalmente responsable del rendimiento de la empresa ante una junta directiva o inversionistas.

Existen muchas diferencias entre estas dos personas, pero existen algunos factores comunes en su forma de generar valor. El principal factor común es que el valor que generan es difícilmente reemplazable. A estas personas se les considera como un recurso escaso, lo cual aumenta su valor percibido; y por lo tanto, aumenta la remuneración por el trabajo que hacen.

Ahora, contrasta la situación de las primeras dos personas con la situación de las dos personas del lado izquierdo de la imagen:

  • La persona número tres es un empleado. Seguramente has escuchado que “existe mucho desempleo”. Eso significa que el recurso escaso no es él, sino las empresas en donde puede trabajar. Debido a eso, al momento de establecer el valor del trabajo aportado por el empleado, el poder de negociación se encuentra en el empleador, no en el empleado.
  • La persona número cuatro es un aspirante a ser famoso. Sin embargo, en este momento aún nadie ha puesto sus ojos en él. Definitivamente podría escalar y llegar a ser una estrella del más alto nivel. Pero en este momento se encuentra compitiendo contra un mar de aspirantes a las mismas metas que él, por lo que el valor que puede generar es aún reemplazable.

“Ahora me queda claro. Un futbolista gana más, porque genera más valor. Pero a mi, ni me interesa el fútbol, ¿qué puedo hacer para ganar como una estrella?”

La respuesta corta es: conviértete en una estrella.  La respuesta larga es: conviértete en alguien que genere tanto valor como una estrella.

“Eso es fácil de decir… pero no es tan fácil de hacer”

Lo que esto significa en realidad, es que debes analizar detenidamente tu situación y buscar oportunidades. Es más fácil decirlo que hacerlo. Pero es muy improbable que de un día para otro (o de un año para otro) tu empleo cobre valor por si sólo y de pronto comiences a ganar más porque ahora eres un recurso escaso. Por lo que de una u otra forma, tendrás que cambiar lo que haces para lograr cambios radicales en tu situación financiera.

Ten cuidado de no caer en la trampa de “hacer algo que te puede convertir en estrella, sólo por ser famoso y millonario”. La mejor forma de asegurarte de que estás generando un valor genuino y que puedes disfrutar tanto de generar el valor como de recibir una compensación a cambio, es hacer algo que realmente te apasione.