Hoy daré respuesta a un mensaje que me envió José Ramón por correo. Decidí separarlo en partes para tocar diferentes temas, al final, me gustaría que dejaras tu opinión y tus propios consejos. ¡Entre todos nos ayudamos mejor!
Parece ser que, básicamente, existen dos grupos de personas: las que se dejan llevar (Maktub, ya está todo escrito) y las que se pelean todos los días con su destino para mejorarlo. Creo pertenecer al segundo grupo; pero en la práctica sigo trabajando en el mismo sitio 11 horas durante los últimos 15 años.
Estoy de acuerdo con esta separación de personas. Hay quienes se quejan y quienes hacen algo al respecto. El hecho de que estés leyendo esto, me parece que te pone en el terreno de quienes hacen algo al respecto. O cuando menos, estás en la cerca que divide los terrenos. ¡Vamos salta!
Como nota lateral quisiera agregar que también se puede dividir a las personas en estos dos grupos: las que terminan lo que empiezan…
Es mucho trabajo pero es buen sueldo, y no consigo justificar el dejarlo (me gusta el trabajo pero no el ritmo impuesto) a cambio de poner en práctica “ideas” que no me terminan de convencer…
Cuando he puesto en marcha algún negocio alternativo en el tiempo que me quedaba libre, misteriosamente mi trabajo de toda la vida me exigía un esfuerzo que impedía el desarrollo de dicho negocio de manera que eliminaba el tiempo necesario para desarrollarlo, y vuelta a empezar.
Me parece que tu afirmación de pertenecer al segundo grupo de personas te pone en la cerca, y el salto final será cuando aceptes que no es que no te alcance el “tiempo que me quedaba libre”, es “el tiempo que he decidido dedicarle a mi idea”.
No es que misteriosamente tu trabajo de pronto exige más. El misterio se acaba cuando te das cuenta de que son tus decisiones las que provocan el resultado. Eres tú —nadie te obliga en realidad— a dedicarle más tiempo a tu empleo.
No es que tu trabajo elimina el tiempo necesario para tu negocio, eres tú, y sólo tú, quien está tomando esa decisión.
Entiendo que hay consecuencias que prefieres no aceptar (como el impacto en tu vida de dejar el empleo así sin más), pero el simple hecho de cambiar tu perspectiva de lugar te abre muchas posibilidades.
Cambiar de aceptar que “las consecuencias no te lo permiten” a pensar en “qué puedo hacer para crear las circunstancias adecuadas para lanzar mi negocio”.
Ahora, no quisiera que me interpretes mal. No se trata de hacerte sentir mal porque eres tú. ¡Todo lo contrario! La idea es que aceptes que tienes todo el poder que se necesita para tomar una decisión: cambiar de empleo, reducir tus horas de trabajo, renunciar por completo al empleo, negociar más horas libres, aprender nuevas formas de llevar a cabo tu negocio con tecnología que te permita automatizar, etc. Las opciones son innumerables.
Aunque creo que comprendo las ideas que transmites en tu blog, no consigo dar con la “tecla” adecuada (ni siquiera con el “conjunto de teclas”) para salir de la llamada Carrera de Ratas (ese término sí que está muy bien definido) .
Creo que esto, es justamente lo que te hará completamente pasar al segundo grupo de personas de las que hablamos: La clave para acabar con tu búsqueda por la “tecla” es que dejes de buscarla!
Entiendo a lo que te refieres, pero lo que buscas, un tipo de epifanía quizás, no la encontrarás en ningún blog, ni en ningún libro, ni nada por el estilo. Acá podrías encontrar técnicas, tácticas, estrategias, consejos, etc. Pero el verdadero cambio, siempre viene desde adentro.
Esto suele ser difícil de aceptar en el fondo. Aunque intelectualmente comprendamos la diferencia entre un cambio pasajero motivado por algo externo y un cambio de carácter que viene “desde adentro”, es dificil actuar en consecuencia cuando se tiene el hábito de buscar cambios superficiales.
Uno de los obstáculos mas notables es la cantidad de promesas publicitarias de cambios rápidos, de “el secreto” que te hará mejorar X o Y situación de tu vida.
La alternativa es desarrollar cambios de perspectiva y hábitos, lo cual toma tiempo. Y no por eso vale menos el esfuerzo!
(“¡¿pero cómo?!” es la pregunta obligatoria aquí. Al final del artículo hay una recomendación 😉 )
Tengo mis finanzas bastante saneadas, pero evidentemente me gustaría mejorar, que el dinero simplemente dejase de ser un problema. No sé, tengo siempre la sensación de tener la solución “en la punta de la lengua”, pero nunca llega.
Primero: cambia tu meta.
¿Por qué? Primero porque es una meta muy abstracta. En cuanto a las finanzas tus metas deben ser en términos específicos. Montos y tiempos claros. No ahorres para “el futuro”. Aparte, pensar en que tu meta es que las finanzas no sean un problema, hace que te enfoques precisamente en el problema, y no en la solución.
¿Para ti, qué significa que deje de ser un problema? ¿Tienes esas metas por escrito en algún lugar? ¿Las consultas con frecuencia? ¿Tienes un plan específico para lograrlas? Esas son tus metas. El efecto será que las finanzas no sean un problema, pero te enfocas en la solución..
¡Imagino que aquí es donde has intentado ya iniciar tus propios negocios, lo cual es una excelente forma de hacerlo! Lo que me lleva a la siguiente parte del mensaje:
No termino de entender qué se necesita para que algo te produzca pasión, yo creo que carezco de ese sentimiento.. ¿podrías ayudarme?
¡Definitivamente no estás sólo!
Esto de “encontrar tu pasión” o “apasionarte por lo que haces” es uno de esos consejos que se ha desvirtuado tanto por el sobreuso, al punto de que no significan nada útil.
No creo que se trate de algo que está descompuesto dentro de ti y que por eso no te apasiona nada. Creo que lo más probable es que nuestra visión de cómo se ve y se siente estar “apasionado” por algo, está contaminado por las imágenes de Hollywood de cuando alguien se “apasiona” por algo y mágicamente todo se soluciona.
¿Alguna vez has querido que la vida tenga soundtrack solo para sentirte igual de motivado que lo que ves en las películas? Pues a eso me refiero. (Si mi vida tuviera soundtrack quisiera que la hubiera compuesto Michael Kamen.)
Pero regresando al punto: mencionaste al principio que tu trabajo te gusta en parte, aunque no del todo. Dejando de lado el hecho de que te pagan, ¿qué es lo que te gusta de ese trabajo?
Ahora, no pienses en las actividades específicas sino: ¿a quién le ayuda tu trabajo? ¿cómo sabes que hiciste un buen trabajo? ¿quién se beneficia? ¿ayudas a alguien a vender más? ¿a bajar de peso? ¿a tomar mejores decisiones? ¿mejoras procesos? ¿creas nuevos procesos? ¿diseñas soluciones?
Para “encontrar tu pasión” es más efectivo pensar en: ¿qué resultados me gusta ver? que pensar en ¿qué cosas me gusta hacer? Son los resultados los que te apasionarán, al punto de que las tareas que tengas que hacer para lograrlos se justifican.
No creo que un médico que siente pasión por su trabajo diría: “realmente me apasiona poder pinchar gente con jeringas!”, lo más probable es que lo que le apasione es el resultado, el beneficio para la otra persona, y seguramente la paga le sirve como motivación para seguir haciéndolo.
Como programador, me apasiona entender y resolver problemas. Si pudiera evitarme la parte de teclear y teclear y teclear código lo haría. De hecho, ese es un problema en sí que entiendo y me gustaría resolver, pero seria mejor si pudiera dictar el código o sub-contratar la programación y dedicarme exclusivamente al diseño.
Al escribir en este blog, me apasiona ver cuando alguien descubre una nueva verdad sobre sí mismo, cuando aprende una nueva técnica, cuando dice “ah! ya entiendo!”. Pero por más que me apasiona ese resultado, es ineficiente y tedioso ir de persona en persona (al menos para mi), entonces prefiero escribir un artículo que ayude a miles de personas a la vez.
Creo que ese es el enfoque que te servirá para encontrar tu pasión. No se trata necesariamente de lo que haces, sino por qué lo haces. Al encontrar este tema (la razón) más fundamental, encontrarás que hay diferentes formas de enfocarlo en términos de profesión, empleo o tipo de negocio en particular.
Finalmente, recuerda que, a pesar de ser muy muy importante, encontrar tu pasión no es suficiente.
Cómo Crear Hábitos
Para terminar, quisiera mencionar algo importante: antes dije que debemos cambiar la idea de hacer cambios rápidos de personalidad (basados en técnicas y arreglos superficiales) y comenzar con cambios de carácter y de hábitos (de adentro hacia afuera).
Hace poco escribí un artículo sobre una técnica que, precisamente, toma nuestras motivaciones más fundamentales para provocar este tipo de cambios: Apalancamiento Financiero (parte I).
¿Qué le dirías a un amigo?
Ahora, a tí que estás leyendo este artículo quisiera pedirte un favor: ¿Qué recomendación le darías tú a José Ramón? ¿Has tenido alguna experiencia similar? ¿Qué harías en su lugar? ¿Que le dirías a un amigo que te pide un consejo?
¡Tu turno!